Los residentes de la urbanización Bolívar Sur, ubicada en el centro de la ciudad de La Victoria, han alzado su voz para denunciar el abandono de las vías de acceso a su comunidad, las cuales describen como un «campo minado» de huecos y grietas.

Según los habitantes, esta situación, agravada por años sin mantenimiento, obliga a peatones y conductores a realizar verdaderas «maromas» para evitar accidentes o daños a sus vehículos.

El problema se extiende por calles como Mis Amores y sectores aledaños al estadio Francisco de Miranda, donde los cráteres en el asfalto superan los 30 centímetros de profundidad en algunos tramos.
«Es una burla a nuestra dignidad. Ni siquiera podemos caminar de noche sin temor a caernos o lastimarnos», expresó Carmen Rojas, vecina de 62 años.
Según los residentes, los vehículos zigzaguean entre los baches, los motorizados se desvían hacia las aceras y los padres cargan a sus hijos para evitar charcos contaminados. Luis Martínez, conductor, relató: «Hace dos meses, uno de mis pasajeros se golpeó la cabeza contra el techo del carro por un hueco. Ahora evito esta ruta, porque de verdad es tedioso».
La situación se agrava en temporada de lluvias, como se vive actualmente, pues los huecos se convierten en lagunas que inundan todo el lugar.
«El año pasado, el agua arrastró escombros hasta nuestras puertas. Pedimos ayuda al municipio, pero sólo vinieron a parchar unos metros y se fueron», denunció José Gregorio Pérez.

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La urbanización Bolívar Sur pertenece a la parroquia Juan Vicente Bolívar, una de las cinco que conforman el municipio Ribas. Pese a esto, los vecinos aseguran que las gestiones para resolver el problema han sido insuficientes.
«Presentamos solicitudes formales en la Alcaldía y hasta propusimos un plan de mantenimiento conjunto, pero no hubo respuesta», afirmaron. Los residentes exigen no sólo el bacheo emergente, sino un plan integral de repavimentación que incluya drenajes para evitar futuros deterioros.
Mientras tanto, la comunidad se organiza para señalizar los huecos con materiales reciclados. «Es una solución temporal, pero al menos alertamos a los conductores».
DANIEL MELLADO | elsiglo
AC