Un macho de ballena jorobada recorrió más de 13.000 km cruzando tres océanos, entre Colombia y Zanzíbar, desafiando todo lo que se sabía sobre la especie y las rutas migratorias conocidas.

El mundo de la biología marina se ha visto sacudido por un hallazgo inesperado: un macho de ballena jorobada ha realizado el viaje más largo jamás registrado para su especie. Desde las cálidas aguas del Pacífico colombiano hasta las costas del océano Índico en Zanzíbar, este cetáceo recorrió al menos 13.000 kilómetros en un desplazamiento que desafía las rutas migratorias conocidas.
El descubrimiento fue posible gracias a Happywhale, una plataforma de ciencia ciudadana que permite identificar ballenas a través de fotografías de sus colas, conocidas como flukes. Estas marcas únicas funcionan como una huella dactilar para los científicos, facilitando el seguimiento de los animales a lo largo del tiempo y en distintos puntos del planeta.
Este enigmático viajero fue avistado en 2013 y 2017 en la costa colombiana, antes de reaparecer en 2022 en Zanzíbar. Su ruta exacta es un misterio, pero lo más probable es que haya pasado por la Antártida antes de ascender por la costa oriental africana. Con este movimiento, ha batido el récord de migración más larga documentada para una ballena jorobada, lo que plantea nuevas preguntas sobre el comportamiento y la ecología de la especie.
¿Un viaje por amor, por hambre o por error?
Los científicos aún intentan desentrañar qué llevó a este macho a cruzar de un océano a otro, algo completamente inusual en las ballenas jorobadas, que suelen migrar en trayectorias norte-sur entre sus zonas de alimentación y reproducción, sin desviarse de sus rutas habituales.
Se barajan varias hipótesis para explicar su periplo. El cambio climático es una de las más preocupantes: el aumento de la temperatura en los océanos está alterando la distribución de los recursos marinos. Las ballenas jorobadas dependen de bancos de krill y otros pequeños organismos para alimentarse, y si estos cambian de ubicación, los cetáceos deben seguirlos, incluso si eso significa aventurarse en trayectos insólitos.
Otra posibilidad es la presión reproductiva. En su búsqueda por atraer a una pareja, los machos de ballena jorobada suelen desplazarse entre distintas áreas de reproducción. El individuo en cuestión fue observado en grupos de competencia, donde varios machos intentan cortejar a una hembra. ¿Pudo haber viajado tan lejos simplemente buscando más oportunidades de apareamiento?
También cabe la opción de que esta travesía haya sido producto de un error de navegación. Aunque las ballenas tienen un sentido de orientación extraordinario, guiándose por campos magnéticos y estructuras geográficas submarinas, ciertos factores pueden desorientarlas. Si este macho se desvió en su migración inicial, podría haber seguido una nueva ruta sin la posibilidad de volver atrás.
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el siglo con informacion de:(muyinteresante)
SG