«Turiamo: Un Pueblo en Destierro» también conquistará la Galería de Arte Nacional

«Cuando recuerdo a Turiamo, se me encoge el corazón, porque el 21 de marzo fue de tristeza y dolor», cantaron los descendientes de este noble pueblo costero en la ciudad de Maracay, para que en cada rincón de Aragua y Venezuela, sepan que son un legado vivo de cultura, tradición y pueblo.

La exposición fotográfica y documental «Turiamo: Un Pueblo en Destierro» culminó exitosamente su estancia en la Galería de Arte Municipal de Girardot el pasado 6 de junio. La muestra, que conmemoró los 68 años del destierro del pueblo de Turiamo y los 324 años de la fundación de Maracay, ahora se prepara para un nuevo capítulo en la Galería de Arte Nacional, en Caracas.

Lilineth Mijares, operadora cultural de la parroquia Los Tacarigua y jefa de unidad de Turismo del Instituto de Gestión Social del municipio Girardot, destacó la relevancia de la exposición en el marco de estos aniversarios. «Conmemoramos ese vil destierro en el que los habitantes del pueblo de Turiamo se vieron obligados a abandonar sus tierras», afirmó.

La exposición, inaugurada el 22 de marzo, presentó 30 imágenes capturadas por 10 fotógrafos aragüeños. Las obras se enfocaron en la riqueza religiosa y cultural de los Diablos Danzantes de Turiamo, rindiendo un emotivo homenaje al «diablo mayor» Félix Mijares, cuya fotografía fue destacada a color, a un lado de una imponente escultura de tres metros y medio de alto.

Complementando las fotografías, se proyectó un documental realizado por Marisabel Solano y Andy Mota, estudiantes del Programa de Formación Nacional de Artes Visuales de la Universidad Experimental de las Artes (Unearte). A través de un proyecto artístico comunitario, los estudiantes recopilaron relatos conmovedores de los pobladores originales de Turiamo y sus descendientes, ofreciendo una perspectiva íntima de su historia.

DE ARAGUA PARA TODA VENEZUELA

El impacto de «Turiamo: Un Pueblo en Destierro» fue tal que, incluso el día de su inauguración, el Ministerio de Cultura solicitó su traslado a la Galería de Arte Nacional para que allí tuviera un mes de exposición, además de una solicitud del estado Apure, de que esta también se llevara hacia los llanos venezolanos.

Cabe destacar que el 21 de marzo, el pueblo de Turiamo fue declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial por parte del Ministro de Cultura.

Durante los más de dos meses que duró la exposición en Aragua, se desarrollaron diversas actividades enriquecedoras. «Se llevó a cabo un taller de creación de máscaras de los Diablos Danzantes con la participación del danzante Luis Rodríguez, incluyendo a niños con condiciones especiales, también se realizó un taller de San Juan y la elaboración de la Cruz de Mayo, este último dirigido al Círculo de Abuelos y Abuelas de la Patria», explicó Lilineth Mijares, quien además es descendiente del pueblo de Turiamo.

La muestra también expuso los portafolios de las 11 cofradías de los Diablos Danzantes de Venezuela, con un enfoque especial en las cinco cofradías presentes en Aragua.

Mijares extendió una invitación especial a la comunidad, recordándoles que los días 18 y 19 de junio, los Diablos Danzantes de Turiamo, con 68 años de tradición en los barrios 23 de Enero y La Coromoto, se presentarán en las zonas urbanas. «Nuestro alcalde Rafael Morales le abre las puertas a la gente de Turiamo y sus tradiciones, porque gracias a estas personas hoy se conoce la diversidad cultural de nuestras costas de Aragua en las zonas urbanas de Maracay», enfatizó.

El cierre de la exposición fue una verdadera celebración cultural en la que la Fundación Música Tradición Costas de Aragua deleitó a los presentes con un recorrido de bailes, cantos y toques de los pueblos costeros.

Asimismo, la agrupación «Plátanos y los colchones viejos» ofreció una fusión musical dedicada a Turiamo, y Cris Castillo endulzó la velada con sus creaciones de chocolate, rindiendo homenaje a la rica gastronomía de las costas aragüeñas.

RECUERDO A TURIAMO

«Bendita Virgen del Carmen, anda y dile a San Miguel que le pregunte a Bautista cuándo vamos a volver», continuó Enrique Tovar, cantando la hermosa canción «Recuerdo a Turiamo» grabada por el grupo Makuaya y que se convirtió en un himno para todos los turiameros.

A 68 años del doloroso destierro, la memoria de sus habitantes y la riqueza de sus tradiciones se mantienen más vivas que nunca, gracias al esfuerzo de quienes heredaron su cultura.

Enrique Tovar contó que es turiamero de nacimiento, aunque salió de su tierra natal con sólo cinco años, es un testimonio viviente de cómo la tradición se transmite de generación en generación.

«No recuerdo nada de mi pueblo natal, pero guardo todas esas tradiciones que han pasado de generación en generación. Mi abuela, Eusebia Tovar, fue quien trajo consigo la devoción a San Juan Bautista de San Miguel, por eso desde muy pequeño llevo conmigo todas estas tradiciones», continuó diciendo.
Recientemente, esta herencia cultural se materializó en la exposición realizada en la Galería de Arte, donde Tovar participó en una muestra musical de Fundacostas, donde se exhibieron los cantos, toques y bailes característicos de cada pueblo costero de Aragua.

Junto a representantes de diversas comunidades, se presentó el «sangueo», los cantos de sirena y los golpes de tambor, ritmos que son el alma de las costas aragüeñas.

«A pesar de que fuimos desterrados hace ya 68 años, mantenemos cada una de nuestras tradiciones, eso lo arrastramos con nosotros, no lo dejamos allá. Por eso nuestras manifestaciones siguen latentes en sectores como El Recurso, La Coromoto, 23 de Enero y cada rincón donde un turiamero se asentó», recalcó Tovar.

Un elemento clave en la preservación de esta memoria es la canción «Recuerdo a Turiamo». Este himno, compuesto por el militar Juan Delgado (ya fallecido y quien no era turiamero, pero se inspiró en el destierro), fue entregado a Jacinto Arias, tío de Enrique Tovar.

Posteriormente, Arias lo confió a Félix Mijares, presidente de los Diablos Danzantes de Turiamo, quien finalmente lo entregó al grupo Makuaya para ser grabado hace 42 años.

LA INSPIRACIÓN

Cabe destacar que la exposición, que destaca la riqueza cultural de los Diablos Danzantes de Corpus Christi, es el fruto de un meticuloso trabajo de museografía y montaje a cargo de Franklin Rodríguez.

Rodríguez compartió los detalles de su proceso creativo para dar vida a esta exhibición. «Me invitaron a montar esta exposición y tuve que escuchar todos los relatos y todos los detalles sobre esta tradición de los Diablos Danzantes; mientras me iban contando, yo iba construyendo la idea para la sala», explicó.

El punto focal de la exposición, es sin duda, la imponente escultura de un diablo traída desde la comunidad de El Recurso. «Estaba un poco deteriorado, lo restauramos, una muchacha de Unearte le hizo ropa nueva», detalló Rodríguez.

La figura, que originalmente debía ser anclada al techo, fue modificada para contar con una base firme que la sostuviera, permitiendo que se erija como el corazón de la muestra, resaltando las tradiciones en torno al Corpus Christi.

Otro elemento distintivo de la exposición es la fotografía de Félix Mijares, el Diablo Mayor, que a diferencia del resto, fue presentada a color, una decisión intencional de Rodríguez.

«Quise que estuviera a color y no a blanco y negro como el resto de las fotografías, para hacer que resaltara», afirmó el museógrafo y artista plástico.

También, esta exposición tuvo algunos elementos, que aunque parecían pequeños, fueron realmente significativos, como una pequeña réplica de un altar justo donde se encontraba la fotografía de El Santísimo Sacramento, al cual se le honra el Día del Corpus Christi.

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Otro elemento que no pasó desapercibido fueron los nombres de las «Sayonas» en las paredes de la galería, con una hermosa tipografía cursiva, como de oro fino.

Hace referencia a las mujeres que cumplen roles importantes durante la celebración del Corpus Christi y forman parte de la tradición de los Diablos Danzantes y en honor a ellas, una foto muy emotiva se encontraba colgada justo detrás del «Diablo Mayor», ellas siempre servidoras, organizadoras, guardianas y transmisoras de esta tradición.

CHIQUINQUIRÁ RIVERO | elsiglo

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