La reapertura del Teatro Ribas en La Victoria, estado Aragua, ha marcado un hito en la revitalización cultural de la región. Desde su rehabilitación en el año 2024, este ícono arquitectónico, fundado entre los años 1891 y 1913, considerado uno de los más antiguo de Aragua, se ha convertido en un símbolo de renacimiento artístico.

Con una capacidad para 450 espectadores y una restauración que respetó su fachada histórica mientras modernizó su infraestructura, el teatro ha albergado en el último año más de 50 eventos, desde óperas hasta conciertos de reggae, consolidándose como el epicentro creativo de la «Ciudad de la Juventud».
Rafael Figarella, director de la Fundación de Cultura de Ribas y director del Centro cultural, destaca: «Este espacio no sólo rescata nuestra memoria, sino que teje nuevas narrativas. Aquí confluyen el legado histórico y la innovación artística».

Y es que, todas las estrategias implementadas por autoridades, cultores y un comité multidisciplinario, han permitido una cartelera diversa: en abril de 2025, la Gala del Reggae «El Tributo», reunió a miles con ritmos caribeños, mientras que obras de teatro como «Manos Temblorosas» y montajes de danza contemporánea han llenado el escenario de emociones.
Además, el ballet clásico y la ópera han encontrado un hogar en este recinto, atrayendo a compañías nacionales e internacionales.
La programación incluye también actividades comunitarias. En febrero de 2025, el teatro acogió la presentación de candidatas a «Novia de la Juventud» y sesiones solemnes cómo: Las del Día del Docente, Día de la Mujer, entre otras; integrando así tradición y modernidad.
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Más detalles sobre Teatro Ribas hace renacer el alma artística y el sentir en los ciudadanos
«Cada evento es un diálogo con nuestra identidad», añade Figarella, quien resalta proyectos educativos como talleres para jóvenes y muestras de artesanía local.

Este despertar cultural trasciende lo artístico, ha reactivado el turismo y fortalecido el orgullo victoriano. La rehabilitación no sólo devolvió vida a un monumento, sino que reavivó la economía creativa, con ferias y mercados artesanales en sus alrededores.
Para este 2025, se preparan colaboraciones con muchos más actores culturales y proyecciones de cine independiente, afianzando su rol como bastión de la diversidad.
El Teatro Ribas, no es únicamente un edificio restaurado; es un testimonio de resiliencia. Desde sus cimientos decimonónicos hasta su palco iluminado, encarna el espíritu de una comunidad que, como dijo Figarella: «Convirtió escombros en sueños». Hoy, sus paredes susurran historias pasadas mientras escriben futuros, confirmando que la cultura, en La Victoria, jamás duerme.
DANIEL MELLADO | elsiglo
MG