Están presentes en nuestras conversaciones sin que lo notemos, responden dudas, organizan tareas, redactan correos, programan reuniones, analizan datos y mucho más. En un mundo donde la inmediatez es ley, por lo cual los chatbots han emergido como herramientas indispensables.

Lejos de ser una curiosidad tecnológica, los chatbots se han posicionado en la actualidad, son protagonistas silenciosos de la vida cotidiana y del entorno laboral. En oficinas, emprendimientos y grandes empresas, esta inteligencia artificial conversa, gestiona, diseña imágenes y crea cuadros estadísticos, y lo que es más impactante: decide.
Desde el celular hasta plataformas de trabajo colaborativo, su presencia transforma la forma en que trabajamos, nos comunicamos y resolvemos. Pero, qué hay detrás de esta revolución silente. ¿Cómo funcionan realmente estas herramientas y por qué su avance no es igual en todo el mundo?
MÁS ACCESO Y MENOS BARRERA
La expansión de los chatbots ha roto límites que antes parecían inquebrantables. Hoy, sin importar la hora, ni el lugar, cualquier persona puede consultar su saldo bancario, reservar un pasaje o acceder a orientación médica básica gracias a estos asistentes virtuales. Lo que antes requería tiempo, traslados o la disponibilidad de un operador humano, ahora se resuelve en segundos con solo escribir un mensaje.
Este tipo de accesibilidad inmediata ha permitido reducir brechas en el acceso a servicios clave, especialmente en comunidades rurales, personas mayores o con movilidad reducida.
Plataformas como Woebot, que ofrece acompañamiento emocional automatizado, o los chatbots informativos de entidades sanitarias como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), demuestran que la Inteligencia Artificial también puede cumplir un rol social, facilitando información confiable y contención en momentos críticos.
LA VOZ DEL MARKETING
La licenciada en Comunicación Social Rishell García, especialista en marketing digital y directora creativa en la empresa chilena Groovy, experimenta a diario el impacto concreto de los chatbots, tanto en el ámbito laboral como en su vida personal.
Su trabajo transcurre entre campañas automatizadas, plataformas que responden en tiempo real y estrategias digitales impulsadas por IA, que no sólo optimizan procesos, sino que también redefinen la relación entre marcas y audiencias.
Dentro de su organización, ha incorporado herramientas como Notion AI y Chat GPT, ambas desarrolladas por empresas estadounidenses, para potenciar la productividad del equipo, gestionar flujos de trabajo y generar contenido de manera más ágil y estratégica.
García menciona que comenzó a notar cambios fuertes, ligados a la Inteligencia Artificial en su trabajo, luego de que llegara la pandemia del virus Covid-19, que afectó al mundo y que además empujó a la humanidad hacia avances como este.
«Noté una aceleración clara con la pandemia. Muchas empresas se vieron obligadas a digitalizar procesos y los chatbots se convirtieron en una solución rápida, para responder a la alta demanda. Desde entonces, su crecimiento ha sido imparable, tomando en cuenta mi caso, en Chile, país que tiene una cultura digital más avanzada que otras zonas de Sudamérica, donde el sector privado invierte, hay startups tecnológicas activas y un público más habituado a lo digital. Pero todavía falta conciencia ética y regulación sobre cómo se usan los datos y cómo se entrena a estos bots», explicó la experta.
Asimismo, Rishell comentó que actualmente son muchos los países que comienzan a acercarse a estas herramientas, sin embargo van a pasos lentos, debido a diversas dificultades, que van desde las señales o cobertura, hasta la inconsistencia en esta cultura.
«Desde mi experiencia, muchos países que avanzan con mayor lentitud enfrentan barreras estructurales. Falta inversión en conectividad, alfabetización digital y políticas públicas que acompañen la transformación. No se trata solo de tener acceso a las herramientas, sino de saber usarlas estratégicamente y que sea una labor que comience desde los más pequeños, puesto que estamos viviendo una realidad, que va galopando y que está llegando para ayudarnos, siempre y cuando sea bien usada», dijo.

La licenciada García, por otro lado, explicó cuáles son las herramientas en IA que utiliza habitualmente, las cuales potencian su productividad y por ende la de su equipo de trabajo, mismas que organizan, toman notas y cooperan en resolver inconvenientes.
«En mi día a día uso herramientas como Notion AI y Chat GPT, ambas desarrolladas por empresas estadounidenses. En mi equipo, por ejemplo, usamos Notion para organizar proyectos, tomar notas compartidas y automatizar tareas simples. Con Chat GPT generamos ideas, redactamos borradores y resolvemos dudas técnicas al instante. Estas plataformas nos ayudan a trabajar más rápido y también nos permiten concentrarnos en lo estratégico y creativo. La IA se volvió parte de nuestra dinámica, como un asistente más dentro del equipo».
Continúo: «La inteligencia artificial ya no es una novedad en mi rutina laboral, sino una aliada cotidiana. Utilizo Notion AI como centro de organización: me permite estructurar agendas, asignar tareas, desarrollar ideas en borrador e incluso generar propuestas de presentación en cuestión de minutos. Es una herramienta versátil que ordena el trabajo colaborativo y facilita la planificación de múltiples proyectos al mismo tiempo. También uso Chat GPT, que se ha convertido en una extensión natural de mi pensamiento. Me ayuda a destrabar bloqueos creativos, redactar textos con distintos enfoques y simplificar información técnica para adaptarla a diferentes públicos. Es como tener un editor y un generador de ideas disponible todo el día, sin pausas. Pero la IA no se limita a lo profesional. En mi vida diaria también cumple un rol clave. Mi app bancaria tiene un chatbot que responde consultas al instante, avisa sobre movimientos sospechosos y me guía en gestiones simples, sin tener que llamar o hacer filas. Además, gracias a Google Wallet, puedo salir sin billetera: pago desde el celular con total seguridad y todo queda sincronizado con mis cuentas personales».

La especialista, además relató que en casa también hace uso de todos estos avances. «Uso Alexa para automatizar tareas básicas, como encender luces, programar alarmas o poner música cuando llego. Estos pequeños gestos, que antes eran manuales, ahora forman parte de una rutina digital más fluida. Todas estas herramientas me ahorran tiempo, y aumentan mis tiempos para así concentrarme en lo que verdaderamente importa: la creatividad, la estrategia y la conexión humana».
Rishell García puntualizó con respeto a este tema que el futuro ya «chatea» con todo el mundo. «La revolución silenciosa de los chatbots no es sólo tecnológica, es cultural, ética y profundamente humana. Vivimos en un presente donde la Inteligencia Artificial dejó de estar en laboratorios para habitar nuestras decisiones cotidianas. Ya no preguntamos, qué puede hacer un chatbot, sino cómo aprendemos a vivir con él, sin dejar de ser nosotros mismos».
Y es que, en esta nueva era no alcanza con entender cómo funciona la tecnología, hay que preguntarse cómo moldearla, para que responda a nuestros valores, que no discrimine, que respete la privacidad, que complemente nuestras ideas sin silenciar nuestras voces.
Lo que está en juego no es si la IA será parte del futuro, sino qué tipo de sociedad se quiere construir junto a ella. Una donde automatizar no signifique deshumanizar. Donde pensar con la IA no nos vuelva más mecánicos, sino más conscientes. «La Inteligencia Artificial no vino a reemplazarnos, vino a potenciarnos. El verdadero cambio no está en la tecnología, sino en cómo aprendemos a pensar con ella», expresó Rishell García.
DANIEL MELLADO | elsiglo