El comercio de recargas de agua potable en los municipios Diego Ibarra y San Joaquín, estado Carabobo, están de capa caída, ante la creciente competencia y las alternativas que tienen los ciudadanos para conseguir el vital líquido potabilizado, teniendo que ingeniárselas para mantener sus comercios abiertos y seguir ofreciendo sus servicios a la ciudadanía.

En este contexto, Juan Carlos Pérez, quien recientemente abrió su negocio de potabilizadora de agua en San Joaquín, comentó que la recarga del botellón está en 40 bolívares, un precio bastante accesible, que busca captar la clientela.
«Pero la realidad es que el negoció está bastante flojo, ya que como lo podrás ver no tenemos a nadie que requiera el servicio», comentó.

Manifestó que, a pesar de lo flojo, en horas de la tarde hay personas que acuden al establecimiento para recargar sus botellones, afirmando que por más que sea, el agua que viene de las tuberías no es de calidad.
«Aquí tenemos unos equipos que realizan todo el proceso de depuración. Compramos agua para el consumo, pero aún así dicha agua tiene que pasar por ese proceso», dijo.
Por su parte, Óscar Acosta, quien tiene cinco años en el negocio en el municipio Diego Ibarra, comentó que las ventas han mermado bastante en los últimos meses. «Por la situación país y la competencia que hay. También las personas le gusta buscar su agua en los manantiales del río, hace difícil el negocio», acotó.

Mencionó que no tiene un equipo que es fundamental para mejorar la calidad del agua, pero, que poco a poco se las ingenia para no dejar caer su negocio. «Es importante el consumo de agua potable con nosotros, porque el agua que viene de las tuberías viene contaminada, y la gente prefiere comprar su botellón de agua. Tengo más clientes de la urbanización Las Brisas que del barrio, y es porque tienen conocimiento de lo que están tomando, pero hay personas que no le dan el valor al agua», agregó.
Por último, Argenis García, no depende de los establecimientos que recargan el agua, ya que la busca en manantiales del río Ereigüe o en Mariara.
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«Tengo mi carrucha y hago 30 viajes al día, lo que pido es una colaboración de 10 bolívares para ayudarme, es mi sustento para mi y mi familia», finalizó.
LINO HIDALGO | elsiglo
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