Desde el municipio José Félix Ribas del estado Aragua, el Movimiento «Futuro de Venezuela» celebró este martes su primer aniversario, reafirmando su compromiso con la consolidación de la paz política y la articulación de los movimientos sociales desde las comunas.

Y es que este movimiento nacido en el marco del «Gran Diálogo Nacional», busca a través de su labor trascender las fronteras partidistas para unir a líderes comunitarios, organizaciones de mujeres, juventudes y trabajadores en la construcción de un proyecto nacional inclusivo.
Julio Useche, coordinador de Formación de «Futuro» en la entidad, destacó durante un encuentro con los medios de comunicación, que el movimiento surgió al calor del poder popular, ya que los mismos ciudadanos son los protagonistas de los avances.
«No somos un partido, somos un espacio donde caben todos y todas los que aman a Venezuela y tienen voluntad de trabajar por un futuro justo. Aquí convocamos a quienes quieren aportar, desde sus comunidades, sus saberes y su corazón», afirmó Useche, rodeado de representantes de colectivos urbanos, campesinos e indígenas.
En su discurso, Useche enfatizó que el objetivo central es unir la gran voluntad del pueblo. Para ello, durante este primer año, «Futuro» ha impulsado asambleas territoriales en un aproximado de 15 estados, promoviendo la formación política, el rescate de economías locales y la defensa de la soberanía.
«Las comunas son nuestro pilar, allí se gesta la verdadera transformación», agregó, mientras exhibía un mapa con más de 100 proyectos productivos apoyados por el Movimiento, desde cooperativas textiles hasta huertos agroecológicos.

También te puede interesar: Trabajadores universitarios de Aragua se sumaron a la jornada nacional de protesta
Más detalles sobre el movimiento «Futuro de Venezuela» celebró su primer aniversario
En este sentido, el aniversario no sólo fue motivo de celebración, sino de balance crítico. Useche reconoció desafíos con los que han debido lidiar, pero resaltó logros simbólicos: La creación de la «Red Nacional de Mujeres Constructoras de Paz», integrada por 1.200 lideresas, y el «Pacto Juvenil por la Vida», que ha evitado la migración de cientos de jóvenes mediante empleos locales. Todo esto sin dejar a un lado el Movimiento de Mujeres Cultoras creado hace pocos días en Ribas.
«Hemos demostrado que unidos podemos enfrentar incluso el bloqueo económico», sostuvo.
Del mismo modo, el acto también sirvió para alzar la voz contra las políticas de gobiernos extranjeros hacia los migrantes venezolanos. En particular, se condenaron las recientes medidas implementadas por El Salvador, que incluyen deportaciones masivas y restricciones legales.
«Repudiamos cualquier acción que violente los derechos de nuestros hermanos en el exterior. La diáspora no es moneda de cambio geopolítico», declaró Useche.
Más declaraciones
La crítica se extendió a las sanciones económicas internacionales, calificadas como «obstáculos para la paz». «Mientras algunos gobiernos nos asfixian, nosotros respondemos organizándonos. La resistencia es crear, es sembrar, es no rendirse», añadió Useche, en medio de aplausos.
Por otra parte, Mary Cruz Gil, tutora del Movimiento en Ribas y parte de la estructura regional, aseveró que para el próximo año, «Futuro de Venezuela» planea expandir su red a por lo menos 22 estados, priorizando la formación técnica de jóvenes y la defensa de los derechos culturales. Además, anunciaron una campaña nacional para visibilizar el rol de las mujeres en la reconciliación social. «No queremos ser protagonistas, sino facilitadores de un proceso donde el pueblo sea el verdadero líder», concluyó Gil.
Al cierre, los asistentes entonaron el himno nacional con las manos entrelazadas, un gesto que resume el espíritu del Movimiento: diversidad unida por un mismo horizonte. En un país marcado por la fractura, «Futuro» insiste en que la paz no se decreta, se construye desde abajo.
En resumidas cuentas, el primer aniversario de «Futuro de Venezuela» refleja más que un logro organizativo, es un recordatorio de que la unidad popular, arraigada en las comunas, puede ser antídoto contra la división y la injerencia. En tiempos de incertidumbre global, este Movimiento apuesta a que el diálogo, la justicia social y la soberanía serán las semillas de un mañana posible.
DANIEL MELLADO | elsiglo
MG