La tecnología no reemplaza al médico, lo potencia

La fertilidad ya no debería ser un tema tabú. Con la ayuda de la inteligencia artificial y un enfoque médico más humano, es posible tomar decisiones informadas, planificar con libertad y acceder a tratamientos más precisos y personalizados.

La tecnología no reemplaza al médico, lo potencia

La fertilidad ha dejado de ser un tema exclusivamente clínico para convertirse en una dimensión esencial del bienestar físico, emocional y social. En un mundo donde las familias adoptan formas diversas, y donde la planificación reproductiva se cruza con la ciencia de vanguardia, la medicina reproductiva enfrenta un momento de transformación profunda. Tecnologías como la inteligencia artificial, la preservación temprana de óvulos y los modelos predictivos genéticos están redefiniendo cuándo y cómo una persona puede ejercer su derecho a formar una familia.

Mientras la medicina reproductiva atraviesa una transformación profunda impulsada por la tecnología y la diversidad familiar, el objetivo de la profesión se aclara aún más, según la Dra. Deborah Cassis Bendeck, especialista en fertilidad y directora médica de Hestia Fertility: acompañar con precisión y humanidad a quienes desean preservar su fertilidad o formar una familia.

Con una visión que combina precisión médica y acompañamiento humano, los especialistas en fertilidad en la actualidad exploran cómo herramientas como la inteligencia artificial están revolucionando la selección de embriones, óvulos y espermatozoides, y cómo estos avances permiten ciclos más cortos, seguros y personalizados. La medicina reproductiva no es solo una disciplina técnica para ayudar a concebir, se trata de ofrecer ciencia con sentido humano.

La medicina reproductiva como herramienta de vida

«Cuando inicié mi formación, veía la medicina reproductiva como una subespecialidad técnica, enfocada en procedimientos. Hoy la entiendo como una herramienta transformadora de vida, con un poder enorme para brindar esperanza, autonomía y bienestar emocional», dice la Dra. Cassis.

La elección de esta especialidad para ella responde a una combinación de factores: ciencia de vanguardia, cirugía de precisión y un contacto humano que requiere empatía en uno de los momentos más vulnerables de la vida reproductiva.

Desde el acompañamiento de mujeres que congelan óvulos por decisión propia hasta parejas que enfrentan infertilidad, cada caso requiere una mirada técnica y emocional a la vez.

Inteligencia artificial en la práctica clínica

Uno de los pilares de esta especialidad en la actualidad es la integración de inteligencia artificial en los tratamientos de fertilidad. Esta tecnología permite analizar grandes volúmenes de datos clínicos e imágenes microscópicas para identificar patrones invisibles al ojo humano.

«Utilizamos inteligencia artificial para identificar esperma, óvulos y embriones con mayor potencial reproductivo», señala la Dra. Cassis. «Gracias a algoritmos entrenados con miles de imágenes e información clave, podemos tomar decisiones más precisas y personalizadas, mejorando tasas de éxito sin aumentar riesgos».

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el siglo con informacion de.(muyinteresante)
SG