LA TECNOLOGÍA AMBIENTAL: Un jardín de posibilidades

Siglo XXI, una era en la que luego de haber causado daños irreparables a la naturaleza, la sociedad empieza a mostrar indicios de conciencia.

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Miles de personas se han esforzado por crear estrategias para proteger los recursos naturales, pero en esa búsqueda, pareciera que aun cuando la tecnología empieza a ganar terreno, en el área ecológica aparenta ser una enemiga.

La analogía perfecta sería plantear todo esto como un jardín de posibilidades, uno exuberante y lleno de vida, pero en medio de toda esta belleza surge un pequeño brote que causaba preocupación porque es diferente, con hojas inusuales y un color extraño. Algunos temen que sea una planta invasora que arruinaría el equilibrio del jardín. Sin embargo, con el tiempo, el brote se convierte en una planta hermosa, única y necesaria. Entonces el miedo resultó ser infundado hacia un elemento que resultó ser una adición valiosa al jardín.

Asimismo, las nuevas tecnologías pueden causar incertidumbre. Sin embargo, si se les da la oportunidad de crecer y desarrollarse pueden convertirse en una parte valiosa de nuestro mundo, aportando soluciones innovadoras y sostenibles a los desafíos que enfrentamos.

Estas nuevas herramientas pueden ser poderosas para proteger y preservar esta belleza natural, siempre y cuando estemos dispuestos a abrirnos a lo nuevo y desconocido, para que, en lugar de explotar los recursos naturales indiscriminadamente, podamos utilizar la tecnología para cultivar un «jardín» de soluciones sostenibles.

Partiendo de esta idea, dedicamos esta sección de nuestro seriado, para mencionar algunas de estas «plantas nuevas y raras» que pueden ser algunas herramientas tecnológicas que ya se están implementando incluso en Venezuela, pero que en otros países del mundo se han masificado a tal punto que han logrado minimizar muchas amenazas para el planeta.

FACILITANDO LA PLANIFICACIÓN FORESTAL

La implementación de tecnologías de punta, como los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y sensores remotos, está transformando la manera en que se aborda la planificación forestal y ambiental en Venezuela. Así lo afirmó el ingeniero forestal Williams Bastardo, quien destacó la importancia de estas herramientas para optimizar procesos y reducir costos.

«En áreas de reforestación, manejo de cuencas y áreas especiales de gran extensión, la exploración exhaustiva es un desafío. Aquí es donde los avances tecnológicos en SIG y sensores remotos juegan un papel crucial», explicó Bastardo.

Los sensores remotos, incluyendo satélites con imágenes de alta resolución y radares, permiten obtener información detallada sobre la morfología del territorio. «Podemos integrar imágenes satelitales y datos de radar para crear cartografías precisas y planificar el territorio de manera eficiente», señaló el ingeniero.

Esta tecnología facilita la planificación de nuevas zonas urbanas, la creación de parques nacionales, áreas de reforestación y zonas de protección de ríos, así como la identificación de hábitats para fauna y flora endémica.

«La planificación con SIG y sensores remotos reduce significativamente los costos de traslado y exploración. Aunque siempre se requiere una verificación en campo, la etapa de planificación se simplifica enormemente», enfatizó Bastardo.

Asimismo, mencionó que con estas tecnologías pueden establecer una guía para hacer el monitoreo de todas las labores, bien sea de restauración, reforestación, de estudios de impacto ambiental, de aprovechamiento forestal, de manejo de cuencas hidrográficas, entre otras.

TECNOLOGÍA AL SERVICIO DE LOS BOSQUES

La gestión forestal en Venezuela está experimentando una transformación basada en la tecnología. Estas herramientas, que van desde satélites hasta drones, están permitiendo una planificación más precisa y eficiente de los recursos forestales del país.

En este sentido, el ingeniero señaló que Venezuela hizo una importante inversión con el satélite Miranda, que genera valiosas imágenes para el análisis del territorio. Además, subrayó el acceso a imágenes satelitales gratuitas y de diversos satélites disponibles en la red.

«Herramientas como Google Earth y Google Maps nos ofrecen una visión referencial del territorio, pero carecen de la capacidad para realizar análisis y modelos matemáticos complejos. Es aquí donde entran en juego programas como QGIS (software libre) y ArcGIS (software privativo), que nos permiten procesar y editar imágenes, así como analizar capas temáticas como el uso de la tierra, la hidrografía y las zonas de riesgo de incendios» explicó Bastardo.

La incorporación de drones equipados con sensores añade un nivel de detalle aún mayor a la planificación forestal. «Los drones nos permiten trabajar a escalas muy precisas, lo que es fundamental para la agricultura de precisión y la detección de especies endémicas o la degradación ambiental», afirma Bastardo.

«En Venezuela se aplican muchas de estas tecnologías, sobre todo en algunas áreas forestales para estudios multitemporales de vegetación, que es lo que nos permite construir nuevos mapas de vegetación de algunas regiones», detalló el ingeniero.

IA EN LA LUCHA AMBIENTAL

Si bien estas nuevas tecnologías ya se han empezado aplicar en el país no trabajan propiamente con Inteligencia Artificial, Bastardo mencionó que es precisamente la IA quien viene a desarrollar la programación de estos softwares que se utilizan para el análisis de las imágenes y la planificación territorial y las capas de vectorización. «Con la IA existe un área de desarrollo de programación que programa automáticamente. Será más fácil programar estas nuevas herramientas», dijo.

En cuanto a las SIG, aseguró que ya se está desarrollando en Venezuela, pero todavía hace falta «masificarla a todas las áreas de trabajo», ya que sirve para hacer análisis desde áreas de criminología hasta planificar reforestaciones, siendo una herramienta que debe ser retroalimentada constantemente.

«Hay sensores remotos para la detección de incendios que trabajan con bandas de infrarrojo que nos permite detectar en tiempo real dónde están ocurriendo incendios, utilizando satélites que tienen instalados estos sensores para zonas de calor o puntos rojos, así podremos proteger con mayor eficiencia nuestros bosques», continuó diciendo.

AHORRO DE TIEMPO Y RECURSOS

Un aspecto a resaltar es que con el uso de estas tecnologías se puede ahorrar tiempo y recursos, además de minimizar los riesgos, al mismo tiempo que se logra un monitoreo eficaz de áreas de especial interés programando un dron. «En un futuro lo podremos hacer a mayor distancia, desde una computadora o desde una aplicación en el celular», acotó el ingeniero.

«Venezuela cuenta con el 52% de su territorio protegido, bajo régimen de administración especial y parques nacionales, lo que imposibilita recorrer físicamente todos estos espacios, pero si pudiéramos hacer con sobrevuelo de dron de largo alcance y con el apoyo de imágenes satelitales, ver cómo está la salud del ambiente», comentó Bastardo.

Sin embargo, manifestó que independientemente de los resultados arrojados por estas herramientas, siempre será necesaria la fase de verificación en campo, posterior a una planificación. «En Perú lograron detectar los árboles más grandes de la Amazonia con imágenes satelitales, pero tuvieron que hacer la expedición para ver de qué especie se trataba, hacer la medición, el trabajo de botánica en campo y efectivamente determinar que eran los árboles más grandes; siempre el humano debe corroborar la información y analizar los detalles», relató.

El experto en el área forestal explicó que la tecnología va creciendo «exponencialmente rápido», y por lo tanto el ser humano debe ir adaptándose a ella, sobre todo en el área forestal.

MONITOREO Y GESTIÓN AMBIENTAL EN UN CLICK

En la actualidad existen plataformas y aplicaciones que permiten a los usuarios registrar especies, contribuyendo a bases de datos científicas para la conservación. Este es el caso de eBird, la cual se ha consolidado como una herramienta esencial para la comunidad de observadores de aves y para la ciencia en general.

Esta plataforma en línea, que a su vez posee una aplicación móvil, permite a personas de todos los niveles registrar y compartir sus avistamientos de aves, generando una base de datos global de valor incalculable. La información aquí recopilada, es utilizada por científicos, investigadores y conservacionistas para estudiar la distribución, abundancia y movimientos de las aves. Estos datos son cruciales para comprender los patrones de migración, identificar áreas importantes para la conservación y monitorear los cambios en las poblaciones de aves a lo largo del tiempo.

Por otra parte, eBird también facilita el seguimiento de las aves a través de listas de avistamientos, lo que permite a los usuarios llevar un registro detallado de sus observaciones. Esta función es especialmente útil para monitorear los cambios en las poblaciones de aves y para identificar áreas críticas para la conservación.

NUEVA ESPECIE PARA VENEZUELA EN ARAGUA

El 7 de julio de 2024 quedará grabado en la historia de la ornitología en Venezuela, como la fecha en la cual se hizo el hallazgo del ave número 1.421 para este país megadiverso. Se trata de la especie de ave migratoria conocida como Rufo o Calidris pugnax, la cual se encontraba en la planta de tratamiento de la laguna de Taiguaiguay, Cagua, municipio Sucre.

El hallazgo lo hizo el biólogo Alfredo Correa, quien además es docente del Instituto Universitario de Tecnología Pascal y miembro del grupo «Aves de Venezuela», quien pudo distinguir aquel plumaje particular de una especie que veía por primera vez.

Luego de tomar una serie de fotografías y video, material que fue enviado a los revisores de eBird para confirmación de la nueva especie para el país, lo cual fue corroborado por los revisores del laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, USA, el cual tiene un proyecto mundial de Ciencia Ciudadana sobre las Aves formado por más de 190 países en el mundo.

Luego de una vida entera dedicado al estudio y la observación de aves, de haber sido formado desde su infancia en el amor y respeto por la naturaleza, Correa hizo aquella importante fotografía que envió a distintas plataformas para asegurarse de que no estuviera registrada para Venezuela.

«Al revisar me di cuenta que la especie estaba reportada en la región euroasiática, cosa que me causó emoción, pues ver una especie de este tipo en Venezuela es sumamente grato, un nuevo descubrimiento», contó orgulloso.

Luego de esto, el biólogo envió la información a uno de los supervisores de una reconocida página de EEUU, se comunicó con el supervisor Luis Alberto Mateo de Venezuela, que se encuentra en el mencionado país. «Luego de una espera que resultó interminable, me respondió: Alfredo, felicitaciones tienes una nueva especie para Venezuela», relató.

Cabe destacar que con el descubrimiento de esta nueva especie para Venezuela, el país suma hasta ahora 1.421 especies, de las cuales 1.265 son residentes, unas 134 migratorias formadas por 116 migratorias Boreales, es decir, que provienen del hemisferio norte, y 18 migratorias Australes, del hemisferio sur.

Una verificación que hace décadas atrás hubiese demorado meses de investigación, se pudo lograr en corto tiempo y con aval internacional en pocas horas, dejando en evidencia la importancia del acceso a estas plataformas, para ahorrar tiempo y presupuesto.

CHIQUINQUIRÁ RIVERO | elsiglo