La buena música nunca muere

La música y el baile han sido siempre una parte integral de la cultura popular, pero pocos períodos han dejado una huella tan profunda como los años 80 y 90. Durante estas décadas, el auge de géneros como el disco, el pop y el hip hop no solo definió una era, sino que también estableció un legado que sigue resonando en las fiestas y celebraciones actuales.


Los años 80 fueron testigos de la explosión del baile como forma de expresión cultural. Con la llegada de artistas icónicos las pistas de baile se convirtieron en espacios de libertad y creatividad. El famoso «moonwalk» de Jackson y los movimientos provocativos de Madonna inspiraron a generaciones enteras a moverse al ritmo de la música.
Las discotecas se llenaban de jóvenes que buscaban escapar de la rutina diaria, creando una comunidad unida por el amor al baile.
La década de los 90 continuó esta tendencia, incorporando nuevos estilos y ritmos. La música grunge y el hip hop comenzaron a dominar las listas, pero el espíritu del baile seguía vivo. Los ritmos contagiosos de grupos como TLC, Salt-N-Pepa y los Backstreet Boys mantenían a la gente en movimiento, mientras que las fiestas temáticas retro se convertían en un fenómeno social.

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Hoy en día, la música retro sigue teniendo un impacto significativo en las fiestas y eventos sociales. La nostalgia por estas décadas doradas ha llevado a un resurgimiento del interés por los clásicos de los 80 y 90, pues el amor por las «chatarritas» ha comenzado a trascender a las nuevas generaciones.

HERNÁN GONZÁLEZ | elsiglo