Un caracol microscópico con forma geométrica y nombre de artista revela la sorprendente biodiversidad escondida en las selvas asiáticas y el riesgo de perderla antes de conocerla.

En ciencia, a veces las historias más fascinantes surgen de lo más pequeño. Literalmente. Un grupo de investigadores ha descrito recientemente 46 nuevas especies de caracoles microscópicos en el sudeste asiático. Uno de ellos, con una concha tan inusual que parece esculpida por un artista del siglo XX, ha sido bautizado como Anauchen picasso, en honor a Pablo Picasso. La razón no tiene pérdida: su forma recuerda a una interpretación cubista de un caracol.
Un caracol con diseño geométrico
Lo que hace que Anauchen picasso destaque entre otras especies es su forma. Mientras que la mayoría de los caracoles tienen espirales curvas y redondeadas, esta especie presenta “vueltas anguladas rectangularmente”, lo que le da una apariencia extraña y poco natural. En palabras del propio equipo científico, su forma se asemeja a “una interpretación cubista de otros caracoles con formas de concha ‘normales’”.
La forma de la concha no es solo una curiosidad estética. En el caso de los caracoles terrestres, el diseño del caparazón cumple funciones clave para su supervivencia: desde proteger el cuerpo blando hasta ayudar en la regulación de la humedad. Por eso, que aparezca una morfología tan inusual como la de A. picasso despierta muchas preguntas sobre su función adaptativa o su historia evolutiva.
Además, el tamaño es minúsculo: menos de 5 milímetros de largo, lo que convierte a estos moluscos en verdaderos «microcaracoles». A pesar de su tamaño, sus conchas muestran una complejidad estructural que asombró incluso a los especialistas que las describieron.
¿Por qué ponerle el nombre de Picasso?
Nombrar a una especie nueva con el apellido de una figura histórica o cultural no es algo nuevo. Es una manera de rendir homenaje, de captar la atención del público o, como en este caso, de reflejar visualmente un rasgo distintivo. El nombre Anauchen picasso no es un simple capricho. Se justifica en la estética de la concha, que recuerda al cubismo: líneas rectas, ángulos marcados y una ruptura con la forma natural.
En la zoología, existe una cierta libertad para asignar nombres, pero también un criterio tácito: el nombre debe tener sentido dentro del contexto científico o visual de la especie. En este caso, la analogía con la obra de Picasso es sorprendentemente acertada, y ayuda a divulgar el descubrimiento más allá del círculo académico.
Además, este tipo de nomenclatura tiene un valor añadido: acerca la ciencia al público general, permite contar historias, y convierte a los caracoles microscópicos en protagonistas de la cultura científica popular.
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El siglo con informacion de:(muyinteresante)
SG