Descubren el misterio del sabor dulce: así funciona el receptor que hace irresistible el azúcar

El sabor dulce ha fascinado a los humanos durante milenios, pero hasta ahora no sabíamos cómo lo percibíamos con exactitud. Un equipo internacional de investigadores ha resuelto por primera vez la estructura del receptor que detecta el dulzor en la lengua, revelando el mecanismo molecular detrás de esa experiencia placentera.

Descubren el misterio del sabor dulce: así funciona el receptor que hace irresistible el azúcar

Un equipo internacional de científicos ha resuelto una pregunta fundamental: ¿qué sucede exactamente en la lengua cuando percibimos el sabor dulce? Por primera vez, se ha determinado la estructura completa del receptor humano responsable de detectar tanto los azúcares naturales como los edulcorantes artificiales.

Este hallazgo abre la puerta a nuevas formas de reducir el consumo de azúcar sin perder el placer del sabor. La investigación, publicada en 2025 en la revista Cell, estuvo liderada por el neurocientífico Charles Zuker y su equipo del Zuckerman Institute de la Universidad de Columbia. La estructura del receptor fue resuelta mediante criomicroscopía electrónica, una técnica que permite observar complejos moleculares con altísima resolución.

La biología del gusto y sus implicaciones evolutivas

El receptor TAS1R2/TAS1R3 pertenece a la familia de receptores acoplados a proteína G (GPCR), una de las familias más antiguas y versátiles de sensores moleculares. Esta estructura también se encuentra en otros animales, aunque con diferencias funcionales.

De hecho, algunas especies, como los gatos, los delfines o ciertos murciélagos, han perdido esta función por cambios evolutivos. Estos animales ya no perciben el sabor dulce, posiblemente porque su dieta no requiere distinguirlo.

Comprender cómo funciona este receptor en humanos ayuda a explicar también por qué el dulzor tiene un papel tan central en nuestras preferencias alimentarias y en los sistemas de recompensa cerebral.

«Como todo el mundo, me encantan los dulces», dijo Zhang Juen, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Columbia.

«Siempre he tenido curiosidad por saber cómo mi cuerpo reconoce las moléculas dulces. Determinar la estructura del receptor dulce humano no solo satisface mi curiosidad personal, sino que también ofrece un gran potencial para las aplicaciones del consumidor. Además, me brindó una valiosa oportunidad, como neurocientífico, de ampliar mi alcance de investigación en bioquímica y biología estructural», añadió.

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SG