Desarrollan un test de sangre capaz de detectar el Parkinson antes de que aparezcan síntomas

Un grupo de científicos ha desarrollado un test de sangre que identifica el Parkinson antes de los primeros síntomas y podría cambiar la historia de la neurología.

Desarrollan un test de sangre capaz de detectar el Parkinson antes de que aparezcan síntomas

Durante décadas, el diagnóstico de Parkinson ha llegado demasiado tarde. La mayoría de los pacientes descubre que padece esta enfermedad cuando ya ha perdido más del 60 % de las neuronas dopaminérgicas, esas células cerebrales que regulan el movimiento, el equilibrio y, en parte, las emociones. La consecuencia: cuando se identifican los temblores o la rigidez muscular, el daño ya está hecho. Pero esta historia está a punto de cambiar gracias a un sorprendente hallazgo que pone en el punto de mira a unas moléculas minúsculas, olvidadas durante años por la ciencia: los fragmentos de ARN de transferencia.

Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén han desarrollado un test de sangre sencillo, rápido y económico que es capaz de detectar el Parkinson incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas clínicos. La investigación, publicada recientemente en la revista Nature Aging, propone un giro radical en la forma de entender y diagnosticar esta enfermedad neurodegenerativa, una que afecta ya a más de 10 millones de personas en todo el mundo.

La clave está en el ARN

La prueba se basa en el análisis de pequeñas moléculas conocidas como fragmentos de ARN de transferencia o tRFs. Estas moléculas no codifican proteínas, pero cumplen funciones reguladoras vitales y parecen estar profundamente involucradas en los procesos celulares que se deterioran en enfermedades como el Parkinson.

El equipo científico descubrió que un tipo específico de tRFs, con una secuencia repetitiva concreta (denominada RGTTCRA), se encuentra en niveles elevados en personas con Parkinson, incluso en fases muy tempranas. Al mismo tiempo, observaron una disminución de los tRFs que tienen origen mitocondrial. Al calcular la relación entre ambos tipos de fragmentos, los investigadores lograron diferenciar con notable precisión a personas sanas de aquellas que estaban en una fase preclínica de la enfermedad.

Este cociente molecular, lo que podríamos considerar una “firma digital” del Parkinson en sangre, alcanzó una precisión diagnóstica del 86 % en los ensayos realizados. Se trata de un nivel de fiabilidad superior al que ofrecen muchas de las herramientas clínicas actuales, como las escalas motoras o las imágenes cerebrales.

¿Y ahora qué?

Aunque los resultados son prometedores, los propios investigadores reconocen que aún queda camino por recorrer. Para confirmar la eficacia universal del test, será necesario validarlo en poblaciones más diversas y realizar seguimientos a largo plazo. Otro reto importante será comprobar si esta prueba es capaz de distinguir el Parkinson de otras enfermedades neurológicas que comparten síntomas similares en fases iniciales, como ciertos tipos de demencia o el parkinsonismo atípico.

Lo que está claro es que este hallazgo representa una nueva frontera en la neurociencia. La historia del diagnóstico del Parkinson puede estar viviendo un punto de inflexión comparable al que vivió la oncología hace medio siglo, cuando se pasó de detectar tumores solo en fases avanzadas a identificar señales moleculares mucho antes de que aparecieran los síntomas visibles.

Otros grupos de investigación en Europa y Estados Unidos también están explorando biomarcadores en sangre. Una iniciativa europea reciente identificó hasta ocho proteínas que podrían predecir el Parkinson con siete años de antelación. Sin embargo, estos hallazgos suelen requerir técnicas más costosas o inestables, mientras que la ventaja del test israelí radica en su sencillez y robustez.

Un futuro más claro para millones de personas

El impacto potencial de esta prueba es inmenso. No solo puede aliviar la incertidumbre de miles de personas que experimentan síntomas leves o genéticamente predispuestas a desarrollar la enfermedad, sino que también puede facilitar el desarrollo de nuevos tratamientos. Al contar con una herramienta fiable para identificar el Parkinson antes de que se manifieste, los ensayos clínicos podrán enfocarse en pacientes en etapas tempranas, lo que aumenta las probabilidades de éxito terapéutico.

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el siglo con informacion de:(muyinteresante)
SG