A un año de los Juegos de las grandes distancias

Las grúas, las lonas sobre los edificios, las máquinas excavadoras… Algo les dice a los miles de esquiadores que estos días disfrutan de la nieve en Bormio (Italia) que esta temporada no es como las demás. El ambiente en la localidad alpina está en ebullición olímpica y así se mantendrá hasta dentro de un año, cuando se convierta en una de las sedes principales de los Juegos de invierno Milán-Cortina 2026.

Juegos Olímpicos de Milán-Cortina d'Ampezzo 2026 - Wikipedia, la enciclopedia libre
A un año de los Juegos de las grandes distancias

Esta «Magnifica Terra», con aguas termales conocidas desde el siglo I, simboliza el nuevo rumbo que buscan en el siglo XXI los Juegos blancos: mantener la tradición, pero crecer en la medida en que lo permita la crisis climática que amenaza su propia supervivencia.

Es precisamente en Bormio donde el rey de los deportes de invierno, el esquí alpino, se dará la mano con el nuevo invitado a la fiesta olímpica: el esquí de montaña. A pocos metros de la mítica pista Stelvio, única en el mundo por tener la línea de llegada prácticamente en el centro de la ciudad, estará también la meta de esa nueva disciplina, el ‘skimo’, que combina subidas y bajadas y tramos a pie con recorridos sobre esquíes. Un nuevo espectáculo en la montaña.

Los Juegos se inaugurarán el 6 de febrero de 2026 en el estadio de San Siro. Serán los Juegos de las grandes, grandísimas distancias: las pruebas se disgregarán por una superficie de 22.000 km cuadrados, la mayor de la historia olímpica. El deseo de aprovechar las pistas e instalaciones ya existentes, para minimizar el daño medioambiental y garantizarse una nieve que es cada vez más escasa, ha ampliado el mapa de competición por buena parte de los Alpes italianos.

Las dos sedes que dan nombre al proyecto están separadas por 420 km. La inauguración será en Milán y la clausura en Verona. Y habrá seis villas olímpicas: Milán, Cortina, Anterselva, Bormio, Predazzo y Livigno.

Cualquier trayecto entre sedes será largo

El ejemplo de Bormio demuestra lo que supondrá moverse entre las sedes. La localidad se sitúa a unas tres horas por carretera desde Milán, pasando por la orilla del lago de Como antes de enfilar hacia Tirano. Hasta allí también llega el tren desde la capital lombarda, pero luego la carretera es el único medio para subir a Bormio. La belleza de las panorámicas (Tirano es una de las terminales del tren Bernina Express, declarado por la UNESCO patrimonio de la humanidad) no evita que el viaje, por rutas estrechas y reviradas, se haga eterno.

Desde Bormio, se requiere una hora más, y mucha pericia al volante, para plantarse en otra de las principales sedes de montaña de los Juegos, Livigno, que acogerá el esquí de estilo libre y el snowboard. La carretera, cuyo trazado es lo único libre de nieve en decenas de kilómetros a la redonda, pasa por Trepalle, la población habitada más alta de Europa (2.250 m.). Apodada ‘el pequeño Tibet’, Livigno está tan aislada que disfruta de un estatus de zona franca, exenta del pago del IVA.

El viaje de regreso a Milán exige cuatro horas. Unas distancias que obligarán a los aficionados a elegir muy bien qué deporte quieren ver, porque saltar de uno a otro en un mismo día será casi imposible.

Aunque los Juegos se inaugurarán el 6 de febrero, ya desde el día 4 habrá competición: empezarán los partidos de dobles mixtos de curling en el Estadio Olímpico de Cortina, que ya fue empleado en los Juegos de 1956.

Las primeras medallas se entregarán el día 7, incluida la del descenso masculino en Bormio.

Serán los Juegos de invierno más paritarios de la historia, con un 47 % de participación femenina. En otra muestra del avance técnico de las mujeres, la prueba de esquí de fondo con salida en masa se disputará por primera vez sobre 50 km, como la de los hombres, y no sobre 30.

Las distintas sedes deportivas celebrarán este jueves con festejos y actividades deportivas que solo queda un año para la inauguración.

El reparto geográfico de deportes durante los Juegos será el siguiente:

Milán acogerá el patinaje artístico, el patinaje de velocidad, la pista corta y el hockey sobre hielo, con estrellas de la Liga Nacional de Hockey que representarán a sus países. Cortina d’Ampezzo será la sede del esquí alpino femenino, del curling y de las pruebas de bobsleigh, skeleton y luge.

Val di Fiemme albergará el esquí de fondo, los saltos de esquí y la combinada nórdica. Anterselva, el biatlón. Bormio, el esquí alpino masculino y el esquí de montaña. Y Livigno, el esquí artístico y el snowboard.

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EFE

SG