Con mucha resiliencia, los comerciantes informales de Mariara, municipio Diego Ibarra, estado Carabobo, salen todos los días a trabajar, ofreciendo sus productos y su optimismo, para seguir avanzando, conscientes de que la constante devaluación del bolívar sigue perjudicando sus ventas, pero esto no representa pretexto para rendirse.

En este contexto, Víctor Rivero, conocido popularmente como «El Heladero de Mariara», quien recorre la localidad con su bicicleta y su cava llena de helados, recalcó que la crisis económica sigue afectándolo, pero, aún así, sale todos los días a trabajar, vendiendo sus peculiares helados de parchita, popularmente conocidos como los «Ricky Martín».
«La gente aquí en Mariara comenta que la cosa no está buena, pero siempre se consigue algo, lo que hay es que trabajar, más nada», resaltó.


Rivero conduce su bicicleta desde El Deleite y hasta Santa Clara, destacando que regresa a su casa siempre con algo. «Lo que haga para mí es más que suficiente. Mucha gente dice que la cosa está mala, pero buscamos la forma de resolver. No digo que está fácil, pero fea estaba hace cinco años, porque hasta uno tenía real, pero no teníamos comida. Comparado con lo de antes estamos bien gracias a Dios», aseguró.
Agregó que la fórmula secreta para seguir es mantener el optimismo bien en alto. No depender de los demás es una forma clave para seguir luchando y llevar el pan a la mesa. «El trabajo es lo que te da, no te lo da un amigo, la familia de repente te ayuda, pero no es lo mismo comerte un pedazo de carne que te lo ganaste con el sudor de tu frente, a que te lo regalen, yo digo que es así», enfatizó el heladero.
Igualmente, David Sánchez, quien también es un vendedor ambulante, recorre a pie el centro de Mariara ofreciendo lentes de sol, así como desodorantes y yesqueros a precios relativamente más baratos que los establecimientos formales, destacando que con todo y lo barato que pueda vender sus productos, no tiene muchas ventas.

«Están pesadas las ventas, se vende algo, pero no como antes. El tema de la devaluación y el cambio constante de la tasa de cambio oficial ha influido bastante en las ventas», puntualizó.
Recordó que a medida que el precio de las divisas, tanto europea como americana, siguen subiendo, ocurre lo mismo con el precio de la mercancía. «La divisa no se detiene, va para arriba y los precios cambian a diario, y eso baja mucho las ventas», lamentó.
Pero, Sánchez asegura que la única opción que tiene es seguir trabajando. «Hay que trabajar, así todo esté caro, hay que salir a trabajar, sino cómo se hace», exclamó.
Por último, José Ángel Constate Vásquez, quien tiene un puesto de verduras en la calle Bolívar, afirmó que no hay fórmulas mágicas ni secretos en este tipo de negocio.
«La situación ha estado regular, ha habido varios aumentos, algunas cosas se han mantenido. Hay días buenos y días malos, dependiendo de las ventas y del clima», mencionó.
El vendedor ruega al Todopoderoso para que no llueva durante su jornada laboral, pues el mal tiempo le perjudica más que la inflación. «Normalmente trabajamos con el público y no podemos sacar las ventas porque la gente no sale cuando llueve. Pero sí, el aumento de la tasa de cambio nos afecta, pero sin embargo, seguimos adelante, buscamos la manera de levantarnos, mantenernos como lo hemos hecho aquí en el país. Mantenernos como nos acostumbramos, porque si aumenta el dólar sube la mercancía, pero las personas hacen su esfuerzo con lo que pueden», concluyó.
LINO HIDALGO | elsiglo
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