Pakistán lanzó este lunes su primera campaña nacional de vacunación para la prevención del cáncer de cuello uterino en un país donde cientos de agentes de policía y trabajadores de la salud han sido asesinados durante campañas de vacunación en las últimas décadas.

En su primera fase, alrededor de trece millones de niñas de entre 9 y 14 años recibirán una dosis única de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), responsable de la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino, el tercero más frecuente entre las mujeres en Pakistán, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La primera fase de vacunación se llevará a cabo hasta el 27 de septiembre en las provincias de Punjab, Sindh, Islamabad y la Cachemira administrada por Pakistán.
En 2026, se completará la vacunación en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa y, en 2027, en Baluchistán y en Gilgit-Baltistán.
Para la primera fase de vacunación, el Gobierno de Pakistán se ha asociado con la OMS para capacitar a más de 49.000 trabajadores de la salud.
«Esta campaña de vacunación contra el VPH es más que una mera intervención de salud pública; es una inversión en la salud y el potencial de nuestras hijas», dijo la directora general de la Dirección Federal de Inmunización de Pakistán (FDI), Soofia Yunus, durante la presentación de la campaña en una escuela de niñas en Karachi.
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Con una población femenina de 73,8 millones de personas mayores de 15 años en riesgo, el país reporta anualmente más de 5.000 nuevos casos de cáncer de cuello uterino en mujeres. Casi 3.200 de ellas, un 64 %, fallecen a causa de la enfermedad, según la OMS.
La organización atribuye esta tasa de mortalidad, una de las más altas del Sur de Asia, al diagnóstico tardío y el acceso limitado a los programas de detección.
Las campañas de vacunación en Pakistán, notablemente las dirigidas a combatir la polio, han estado envueltas en difíciles circunstancias para los agentes de seguridad y los trabajadores sanitarios.
En las últimas décadas, cientos de agentes de policía y trabajadores de la salud han sido asesinados por insurgentes por administrar medicación contra la polio a niños en las provincias occidentales de Baluchistán y Khyber Pakhtunkhwa, ambas fronterizas con Afganistás y sumidas hoy de nuevo en la violencia.
Los esfuerzos del gobierno por erradicar el virus se han visto socavados por la desinformación y por la oposición de algunos religiosos de línea dura que afirman que la inmunización es una estratagema extranjera para esterilizar a niños musulmanes o una tapadera para espías occidentales.
EFE
MG