El comienzo del nuevo el año escolar 2025-2026, padres y representantes del municipio Francisco Linares Alcántara expresaron su preocupación ante los elevados costos de uniformes y útiles escolares, gastos que calculan en un promedio de 300 dólares por estudiante, una cifra que califican como «inaccesible» en medio de la crisis económica que atraviesa el país.

Y es que dicha situación ha obligado a muchas familias a optar por medidas alternativas, como reutilizar uniformes del año anterior o limitarse a comprar únicamente lo esencial. La decisión, aunque práctica, genera sentimientos encontrados entre los padres, quienes quieren garantizar la educación de sus hijos, pero se enfrentan a un presupuesto que no logran cubrir en su totalidad.
Todo está muy caro y se debe resolver con lo que ya se tiene. Por lo menos mi hija cambió de camisa y tuve que comprársela, al igual que los zapatos que son necesarios. Pero en cuanto a pantalón y mono para educación física sí usará el mismo del año pasado», relató Jasmine Cordero, madre de una estudiante de primaria.
En cuanto a la lista de útiles, Cordero añadió que aunque la institución no ha exigido la compra inmediata, decidió adquirir lo más básico. «Los libros los iré comprando a medida que avance el ciclo escolar», señaló.
Por su parte, Alberto Ribas, padre de dos niños en edad escolar, coincidió en que este año los gastos han sido difíciles de afrontar. «Pude comprar lo básico para el regreso a clases, sin embargo quedaron algunas cosas pendientes de la lista escolar», explicó.
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En conversaciones con otros representantes, se constató que una gran parte de los padres ha tenido que priorizar entre uniformes, zapatos y útiles, dejando de lado los libros o materiales complementarios, lo que puede afectar el normal desarrollo de las actividades académicas.
Los comerciantes de la zona también confirmaron que las ventas han sido más bajas en comparación con años anteriores, debido a que los clientes «compran por partes» o buscan los precios más bajos entre diferentes locales.
De esta manera, mientras las instituciones educativas ultiman detalles para abrir sus puertas, la preocupación de las familias se centra en cómo sostener los gastos que implica un nuevo año escolar en tiempos de dificultades económicas.
HERNÁN GONZÁLEZ | elsiglo