Mientras los productos farmacéuticos dominan los anaqueles en el eje Este del estado Aragua, todavía se respira el aroma de la medicina tradicional. Las ramas o «matas», como también se les conoce popularmente, mantienen su presencia en la memoria y práctica cotidiana de muchas familias, quienes siguen apostando por sus propiedades curativas y espirituales.

Uno de los rostros visibles de esta tradición es el señor Ángelo Abreu, comerciante de plantas medicinales en el municipio Ribas, específicamente en La Victoria. Desde su puesto, Abreu atiende a diario a decenas de personas que buscan remedios naturales para aliviar dolencias o atraer bienestar a sus hogares.
«Los guarapos, cataplasmas y hasta los sahumerios siguen siendo muy utilizados por quienes confían en las propiedades naturales de las ramas. Hay casos en que resultan más efectivas que los productos químicos», comentó con seguridad Abreu, mientras organiza con cuidado los manojos de hojas secas que exhibe en su estantería improvisada.
Las ramas más solicitadas, aseguró, son la cola de caballo, la yuquilla, flor escondida, diente de león y caña la india, todas empleadas mayormente para combatir afecciones renales como los cálculos y la popular arenilla. Estas plantas han pasado de generación en generación como un conocimiento ancestral que sigue vigente pese al avance de la medicina moderna.

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Más detalles sobre las plantas medicinales siguen vivas en el eje Este
No obstante, su uso no se limita únicamente a la salud física. Hay quienes buscan en estas hierbas una solución para asuntos más espirituales o energéticos. «También vienen en busca de lavanda, árnica, amansaguapo, ruda, eucalipto y pasote, porque las usan para limpiar sus casas, abrir caminos o protegerse de malas energías», detalló Abreu.
En cuanto a los precios, el comerciante explicó que varían dependiendo del tipo de rama o la cantidad solicitada, pero que la mayoría de los paquetes oscilan entre 50 y 100 bolívares, lo que las convierte en una opción accesible frente a otros tratamientos alternativos.
La constancia de estos comerciantes no sólo mantiene vivo un oficio tradicional, sino también una parte importante de la identidad cultural del eje Este. Lejos de ser un simple recuerdo del pasado, las ramas medicinales siguen siendo una herramienta de conexión con la naturaleza, con la historia y con la fe popular.
Así, mientras muchos miran al futuro con ciencia y tecnología, otros tantos siguen encontrando en las ramas una medicina que sana el cuerpo y también el espíritu.
DANIEL MELLADO | elsiglo
MG