Los comercios que hacen vida en el Casco Central de Maracay lucieron un tanto desolados este domingo, reportando una baja movilidad de compradores. A pesar de que muchos establecimientos abrieron sus puertas desde bien temprano, la afluencia del público fue escasa, generando preocupación entre los propietarios de esos locales que dependen de estas jornadas para mantener a flote sus negocios.

Al respecto, Ángel Durán, encargado de un local comercial de la zona, describió la jornada como «algo lenta». Sin embargo, se mantiene optimista y enfocado en el trabajo. «Nos mantenemos activos trabajando y esperamos que con el pasar de los días mejore, para así seguir manteniendo este negocio que es el sustento mío y de mi familia», afirmó.
La esperanza de los comerciantes maracayeros está puesta en los próximos días, a medida que se acerca el fin de mes. Esperan que el pago de salarios y otras transacciones reactiven el consumo y les permitan percibir los ingresos necesarios para cubrir sus gastos operativos y mantener sus puertas abiertas.
Por su parte, María Contreras, otra comerciante de la zona, manifestó su expectativa de que esta última semana de junio traiga consigo buenas ventas.
«Se viene último de mes, la gente percibe su salario, otros esperan sus bonos. Estoy segura que el movimiento mejorará, nosotros no perdemos la esperanza. Quizás hoy no nos fue tan bien, pero mantenemos la fe de que el fin de semana será mejor y habrá buena movilidad comercial», aseguró.

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A su vez, hizo un llamado a los ciudadanos para que sigan contribuyendo al comercio local, destacando la importancia de apoyar a los negocios que día a día se esfuerzan por ofrecer productos y servicios a toda la población.
«Confiamos mucho en nuestra clientela, son años que llevamos trabajando y sabemos que siempre hay altas y bajas. Así como hay días buenos, hay días malos, pero confiamos en Dios que en los próximos días será mejor», añadió.
En cuanto al desbarajuste del control cambiario, Contreras hizo un llamado a Gobierno nacional a que tome cartas en el asunto, pues la eliminación de dólar no oficial no mejoró la economía ni mucho menos, acabó con la inflación.
«Es difícil, como vendedores nos enfrentamos con múltiples problemas a diario, pero aquí estamos echándole ganas. Muchos ya han tirado la toalla, pero aquí seguimos el resto para vivir en un país mejor», finalizó.
HERNÁN GONZÁLEZ | elsiglo
MG