Tras una exhaustiva restauración concluida en el 2024, la Casa de la Cultura «Alsacia Álvarez», joya arquitectónica de estilo republicano construida en 1904, se consolida como el corazón palpitante de la identidad ribense.

Declarada Patrimonio Municipal por sus valores históricos y arquitectónicos, este icono victoriano combina columnas neoclásicas, patios de baldosas originales y techos de tejas criollas con una moderna oferta artística que atrae a todas las generaciones.
ESPACIOS QUE INSPIRAN CREACIÓN
Belkis Duque, parte de la junta directiva de la institución, destaca la transformación física y programática. «Hoy ofrecemos espacios óptimos receptivos a toda la comunidad, salones de danza equipados con espejos y barras profesionales, auditorio con acondicionamiento acústico y capacidad para por lo menos 200 personas, galerías de arte iluminadas y salas polivalentes para conferencias».
Estos ambientes, restaurados respetando su esencia histórica, ahora integran tecnología que potencia experiencias culturales inmersivas.
ENTRELAZANDO SABERES ENTRE GENERACIONES
La reinvención de la Casa se refleja en su cartelera pedagógica, diseñada para «materializar el arte» desde la niñez hasta la adultez:
- Talleres infantiles: Dibujo, pintura y modelado en cerámica que fomentan creatividad temprana.
- Formación especializada: Cursos de dibujo hiperrealista, tallado en palo de escoba y body paint para jóvenes y adultos.
- Música y tradición: Clases de cuatro, arpa, canto y danzas contemporáneas que rescatan raíces locales.
«Nuestros talleres son semilleros de nuevos exponentes artísticos», enfatizó Duque, subrayando la meta de convertir habilidades en expresiones profesionales.
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LA CULTURA COMO DIÁLOGO
Los jueves a las 10:00 a.m., el salón de conferencias y el auditorio se transforman en un «archivo humano» donde saberes ancestrales y contemporáneos se fusionan. Estos encuentros, abiertos a escuelas y colectivos, abordan la identidad ribense, tradiciones vivas, y el arte social.
«No sólo sensibilizamos; construimos memoria colectiva», explicó Duque sobre esta estrategia que vincula academia y calle.

MODELO DE LA GRAN MISIÓN VIVA VENEZUELA
Duque enfatizó que como «primera Casa de la Cultura inaugurada bajo la Gran Misión Viva Venezuela», este espacio simboliza la meta presidencial de establecer centros similares en cada municipio. Su éxito, respaldado por 143 mil cultores registrados en el país, demuestra como la inversión en infraestructura cultural revitaliza el tejido social.
MÁS QUE UN EDIFICIO UN TERRITORIO AFECTIVO
La Casa de la Cultura Alsacia Álvarez encarna hoy el mandato de su nombre, honrar a la docente que dedicó su vida al arte local. Con una programación que fusiona talleres técnicos con rituales comunitarios, este patrimonio no sólo se preserva; se proyecta como un «punto de partida para la materialización del arte», que conecta manos infantiles con maestros consagrados, mitos ancestrales con vanguardias creativas y memoria con futuro.
DANIEL MELLADO | elsiglo
JV