Habitantes de La Mora I denuncian abandono de canal pluvial

Desde hace más de cinco años, los residentes de la parte baja del sector La Mora I en La Victoria, libran una batalla contra un enemigo silencioso que amenaza su salud y bienestar, un canal pluvial en estado crítico, colmado de basura, maleza y aguas estancadas.

Los espacios permanecen sumergidos en maleza.

Vecinos denuncian que la negligencia en el mantenimiento de esta infraestructura ha convertido el lugar en un foco perenne de malos olores, plagas y riesgo sanitario, por lo que exigen a la Alcaldía de Ribas una intervención inmediata.

«La canal atraviesa nuestras calles, pero parece un basurero. Cuando llueve el agua se estanca por días y el olor es insoportable. Ya no podemos abrir las ventanas», relató María González, habitante de la zona.

Según los denunciantes, el cauce diseñado para evitar inundaciones acumula escombros, bolsas plásticas y desechos orgánicos, lo que atrae insectos y roedores. La maleza, que crece sin control, obstruye aún más el flujo del agua, generando charcos putrefactos.

Un problema de salud pública

Los residentes aseguran que la situación afecta su calidad de vida. «Los niños, los adultos mayores y las personas con discapacidad son los más vulnerables. Sin embargo, las autoridades nos ignoran», denunció José Pérez. Además señaló que el riesgo de inundaciones aumenta en temporada de lluvias, pues la canal no cumple su función de drenaje a cabalidad.

La contaminación es evidente.

Ante la emergencia, la comunidad ha organizado planes de limpieza, pero los esfuerzos son insuficientes. «Sacamos la basura, y a la semana vuelve a estar igual. Necesitamos maquinaria y un plan de mantenimiento constante», reclamó Pérez.

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Llamado a la alcaldía

Quienes se consideran afectados exigen que la Dirección de Servicios Públicos de la Alcaldía de Ribas actúe con celeridad, solicitan la poda de vegetación, retiro de escombros, descontaminación del agua y campañas de concienciación para evitar que los vecinos sigan arrojando desechos.

Hasta ahora no han recibido respuestas formales. Mientras tanto, la canal sigue siendo un símbolo de abandono. «Queremos vivir con dignidad. Confiamos en que las autoridades nos escuchen antes de que ocurra una tragedia», concluyó González.

DANIEL MELLADO | elsiglo

MG