23 de Enero: Una barriada llena de historia, cultura y deporte

Entre montarrales, haciendas y lagunas fue fundado hace 67 años oficialmente el barrio 23 de Enero de Maracay, unos espacios divididos por poligonales y decenas de calles, ha recibido a habitantes desterrados, personas que se asentaron en esta ciudad por un sueño y miles de vidas echar raíces que con esfuerzo han hecho crecer a este sector.

Desde la Constitución hasta la Autopista está el barrio de 23 de Enero

Este popular barrio que nació con la democracia, fue creciendo pujantemente como sus residentes, tiene historia, cultura y personalidades referenciales en todos los ámbitos de la sociedad, que fue construida por personas en búsqueda de tierras propias, y por una migración interna voluntaria y forzada.

Y justamente sobre esos ciudadanos que llegaron de manera forzada a este pedacito de Maracay, tenemos el caso de los habitantes de la población de Turiamo, hoy perteneciente al municipio Costa de Oro, quienes fueron desterrados de sus tierras para ser ocupadas por la Fuerza Armada, que construyó una Base Naval en sus costas durante el Gobierno del general Marcos Pérez Jiménez, quien hoy precisamente se cumplen 67 años de su derrocamiento.

La emblemática avenida principal conecta toda la barriada

En este contexto, Simón Tovar, quien es capataz de la Cofradía de los Diablos Danzantes, y concejal de la Cámara Municipal de Girardot, ya tiene 56 años en el barrio 23 de Enero, y desde la llegada de él y demás descendientes de Turiamo, hicieron sus vidas sin olvidarse de sus raíces, que ahora forman parte del gentilicio de esta barriada maracayera.

«Soy oriundo de Patanemo, Puerto Cabello, pero lo que nos separaba de Turiamo es un cerrito donde uno transitaba con frecuencia. También nos conectábamos por mar en viajes en lanchas. 23 de Enero para mí ha sido la acogida más grande que ha tenido el turiamero, porque desde que fuimos desalojados, la mayoría agarraron a Maracay», destacó.

LLEGADA DE TURIAMO A 23 DE ENERO

Tovar recordó que cuando llegó en el año 1969, Maracay se encaminaba a ser una gran ciudad, precisando que cuando pisó estas tierras del estado Aragua, aún funcionaba el tren, donde lo escuchaba llegar a la estación de Tapa-Tapa al oír su característico sonido.

«Cuando llegamos aquí estaba El Recurso y el barrio Corea, ya esto estaba fundado. De aquí para abajo había laguna, matas de malojillo, gamelotes, también caracolillos, uno salía todo picado por ellos», mencionó.

Simón Tovar

Relató que 23 de Enero, al que considera un barrio fuerte y bello, fue el punto de partida para que las tradiciones turiameras se expandieran por Aragua y Venezuela.
«Cuando los Diablos Danzantes empezamos a salir aquí en Maracay, salimos del barrio El Recurso, eso fue en el año 1971. El golpe del tambor ya estaba desde el año 58. Los turiameros iban a Puerto Cabello a bailar fuera de esta ciudad, hasta que el difunto Armando Reyes, quien era el primer capataz de los Diablos aquí en Maracay, nos invitó a que saliéramos a recorrer la ciudad», relató.

Añadió que los maracayeros rechazaban estas tradiciones, pero, que con el pasar de los años empezaron a adaptarse y tomarlas también como suyas. «Empezaron a vernos trajeados de diablo, nos empezaron a llamar indios, se burlaban de uno, pero nosotros pa’ adelante, guapeando. Hoy en día los que quieren ingresar al grupo de los Diablos es la juventud, y uno tiene que escoger al que pueda aceptarlo, porque uno desea que su hermandad continúe, pero uno no quiere que la vayan a dañar algunos extraños, para eso hacemos procesos de captación y vamos seleccionando a los jóvenes», dijo.

Con alegría y agradeciendo a la Virgen del Carmen, San Juan Bautista y a San Miguel Arcángel, que hoy 23 de Enero es diferente.
«Hoy en día, el turiamero realiza un toque de tambor y tiene que parar a los demás, porque todo el mundo quiere tocar, y apenas oyen un golpe de tambor, enseguida se hace el grupo», expresó.

PROBLEMAS POR RESOLVER

Pero recordemos que Tovar no es sólo un hombre de cultura y religión. También es un líder gremial jubilado de la empresa Corpoelec y concejal del municipio Girardot, y a pesar de que hoy 23 de Enero está de fiesta, no se limitó a denunciar ciertas dificultades que padece en su comunidad.

«La bomba de agua eso va a cumplir un año que vino la gobernadora, el alcalde y los concejales principales y se bañaron allí en el pozo de agua que queda por la autopista. Hicieron desastre, pero más nunca ha habido una gota de agua en ese pozo», dijo.

Tovar aseguró que habló con el alcalde Rafael Morales y demás funcionarios públicos para buscar una solución a esta problemática, creyendo que su buena gestión les resolverá este problema.

EL TROMPETISTA DEL 23

Otra de las personalidades que ama este pedacito de Maracay es el músico Julio «Pollo» Arráez, quien a pesar de nacer en el estado Yaracuy, se enamoró del terruño aragüeño al conocer su cultura y brindarle la oportunidad de formarse como artista.
«23 de Enero ha sido uno de los barrios más importantes después de Marco Pérez Jiménez hasta la actualidad, porque ha sido un barrio muy pujante, un barrio lleno de pura gente humilde, como otros barrios de aquí de Maracay que tienen a tremendas personas», relató.

El trompetista aseguró que de allí han salido cultores de música, educadores y mucha gente trabajadora, quienes de alguna manera contribuyen para mantener esa esencia mística y solidaria de este popular sector aragüeño.

«Gente trabajadora, pujante, buena, que hemos dado la vida por estar aquí en el barrio de una manera feliz, y hemos tenido el apoyo de todos los gobiernos», dijo.
Agregó que entre las peculiaridades que tienen los habitantes del 23 de Enero, es ser muy activos en todos los eventos de la sociedad, bien sea actos políticos, culturales y de educación. «Hemos sido nosotros los legítimos apoyadores, y siempre pendiente colaborando con todas las acciones que pueden ser en beneficio del futuro de nuestro barrio», puntualizó.

Julio Arráez

Arráez recordó varias de sus anécdotas como artista, destacando que fue trompetista de orquestas como la Billo’s Caracas Boys, Los Melódicos, la orquesta Fascinación del estado Aragua, e incluso recorrió el mundo con muchos artistas.
«Viajamos por los cinco continentes del mundo, dándole vida artística a esos pueblos y llevando la bandera de Venezuela por todos esos países, poniéndola bien en alto para que todo el mundo sepa que Venezuela tiene artistas de alto calibre, artistas de alto nivel profesional», reseñó.

DEJAR UN LEGADO MUSICAL

El trompetista agregó que su vida como músico no ha concluido, ya que actualmente es uno de los socios de Con Dimensión del Dr. Gustavo Moro, donde no sólo llevan entretenimiento bajo contrato, sino que también se dedican a formar a los nuevos músicos del futuro.
«Allí estamos haciendo vida artística y estamos haciendo un semillero
donde estamos formando a nuestros niños que son el futuro de nuestra patria, y estamos captando voces de niños y niñas, y dándole formación musical de una manera gratuita, venimos a ensayar aquí con mi padrino Pablo, aquí con la Santa Bárbara que nos guía y nos ilumina», dijo.

El músico convencido de que la experiencia y los conocimientos deben ser transmitidos a las futuras generaciones, pero su mayor sueño es ver que la iniciativa de la escuela musical tenga próximamente una sede.

«Dios permita que en el futuro aquí se forme una escuela, que el Gobierno nos haga una buena escuela para nosotros dejar de trabajar en la calle con los niños. Esperamos que 23 de Enero tenga sus módulos de escuelas de artes, mención música, esa es la esperanza nuestra», concretó.

LA SURCURSAL DEL CIELO

Para Oscar Trejo, gloria deportiva en boxeo, campeón nacional y entrenador de campeones, el barrio 23 de Enero para él siempre será la «Sucursal del Cielo», ya que a su criterio, lo único que le falta a este sector, es precisamente una entidad bancaria.

Oscar Trejo

Y no es para menos, Trejo relató que allí vivió su infancia y los mejores años de su carrera como deportista, siendo la génesis de todo lo que logró en la vida.
«Fui campeón nacional, participé en cuatro Juegos Nacionales y fui también atleta internacional», mencionó.

Explicó que luego de su retiro como boxeador, se dedicó a entrenar a jóvenes talentos deportivos nacidos y criados en 23 de Enero, teniendo la dicha de alardear que fue entrenador de campeones mundiales en boxeo.
«Por mis manos pasó Eva Marina Guzmán Blanco, cariñosamente conocida como ‘La Ley’, una de las mejores peleadores de los 48 kilos que tiene Venezuela. Lamentablemente no le han dado la oportunidad que se merece, porque sino fuera supercampeona mundial», recalcó.

También explicó que entrenó al padre de Eva Guzmán y a su hermano, Antonio Guzmán, entre otros. «Maikel Luque, Antonio Gutiérrez, Frank «Piedrita» Rodríguez, Alcides Hernández, Germán Galíndez, Alberto Congola, que fue un africano que vino a Maracay, y se quedó en Venezuela, fue campeón de Europa», agregó.

Trejo mencionó que son decenas de deportistas que han vivido y siguen viviendo en el 23 de Enero, como el supercampeón de boxeo Leo «Torito» Gámez, reconocidos ciclistas, atletas y muchos más.

EL OLÍMPICO DE 23 DE ENERO

Ángel Rafael Tovar, campeón nacional de salto de longitud (salto largo) entre los años 1985 y 1991, es otra de las leyendas deportivas que creció en el 23 de Enero, destacando que su vida deportiva salió en este barrio.

Tovar, quien cariñosamente es apodado como «Pollo», recordó que cuando estudiaba en el liceo Hilario Cabrera Díaz, se fue con un compañero de 23 de Enero al Estadio Olímpico, con la intención primero de salirse de las clases, pero que le sirvió para descubrir su talento en el atletismo.

Ángel Tovar

«Un compañero me buscó y me dijo, oye Pollo, para que vayas al Olímpico, yo te paso buscando por la casa. Me llevó al estadio y allí conocí a mi entrenador Benín Chourio, que fue saltador y campeón en los años 70», relató.

El saltador precisó que el año 1985 fue su mejor año, participando en Juegos Bolivarianos y Sudamericanos, registrando saltos de más de 7 metros.
Tovar precisó que saltó 7.91 metros, para conseguir su pase a los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, pero no pudo ir debido a unas decisiones de la directiva del Comité Olímpico Venezolano de la época.

«Cuando el presidente de aquel entonces era Fernando Romero, quien no nos inscribió a cuatro atletas que hicimos la marca. Eso fue una demanda contra él pero no pudimos, porque para aquel entonces el Comité Olímpico era autónomo, tenían la potestad de llevar a quienes ellos quisieran, que es muy diferente ahora», agregó.

Sin embargo, sintió impotencia al ver a todos sus rivales que venció durante los diversos campeonatos internacionales, desfilando en la ceremonia inaugural de las Olimpiadas, reiterando que la decisión que tomó el comité fue injusta.
«Les gané durante todo el ciclo olímpico, me dieron ganas de llorar por la decepción de no poder participar en esos juegos», relató.

Tovar recibió un trabajo de una empresa filial de Pdvsa, y pudo continuar su carrera deportiva hasta el ciclo olímpico de Barcelona 1992. No obstante, las lesiones se hicieron presente para el saltador aragüeño, arrebatándole el sueño olímpico.
Desde entonces Tovar se ha dedicado a su trabajo como mecánico, a la política deportiva e incluso es integrante de las Glorias Deportivas del estado Aragua, continuando también como buen habitante de 23 de Enero, luchando para formar a nuevos atletas y reconocer a los mejores de la entidad.

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