En un hecho sin precedentes en la historia de las Grandes Ligas, el venezolano Luis Arráez se coronó como el rey del bateo por tercer año consecutivo. Con un promedio de bateo de .314, Arráez se convirtió en el primer jugador en lograr este hito con tres equipos diferentes, consolidando su posición como uno de los bateadores más consistentes y talentosos de la liga.
Para este último juego de la temporada regular firmó su imparable 200. Vale resaltar que es la segunda ocasión en su carrera que alcanza dicha cifra (en 2023 sumó 203).
El histórico batazo de «La Regadera» fue ante los D-backs de Arizona en el Chase Field. Tras fallar en sus dos primeros turnos, en la alta del sexto pescó un cambio alto para mandar la pelota con dirección al jardín central, lo suficientemente lejos para llegar sin problemas a la segunda base con un doble.
Este nuevo logro del criollo llena de orgullo a toda Venezuela, donde los amantes del béisbol celebraron su imparable número 200. Arráez, con su habilidad para hacer contacto con la pelota y su capacidad para producir carreras, se ha ganado el respeto de fanáticos y expertos por igual.
En este sentido, Arráez ha escrito con tinta dorada una página más en la rica historia del béisbol de Grandes Ligas, ya que al culminar la temporada regular este domingo, logró esta gran hazaña, un hecho inédito y que realza aún más su condición como el rey de la disciplina y el contacto. Tres coronas ya son argumentos más que suficientes para ratificarlo.
Domingo decisivo
La jornada de este domingo era decisiva para él, ya que se trataba de su última oportunidad de asegurar el campeonato de bateo. Como algunos recordarán, a principios de esta semana falló en 12 turnos seguidos durante la serie que enfrentó a los Padres de San Diego contra los Dodgers de Los Ángeles.
La lucha no fue fácil para el criollo de los Padres de San Diego, que tras golpearse la rodilla corriendo hacia el plato hace una semana, tuvo evidentemente una merma en su físico; eso sumado a que viene jugando desde hace dos meses con un ligamento roto en uno de sus dedos.
La situación fue similar a la de 2022, incluso 2023. En ambas campañas acarreó padecimientos físicos en la recta final. Y en esta ocasión se sumó un mini bache, que influido por esos problemas físicos, complicó todo para el venezolano. Sin embargo, sacó la casta en el último fin de semana, para terminar, dejando atrás al dominicano Marcell Ozuna y al japonés Shohei Ohtani.
Ahora, el nombre de Luis Arráez resuena con más fuerza en la historia del béisbol venezolano. Se une a Miguel Cabrera como los únicos compatriotas con tres títulos de bateo en años sucesivos (2011, 12′ y 13′). A su vez empata a José Altuve (2014, 16′ y 17′) y queda a un gallardete de codearse nuevamente con ‘Miggy’; esto último entre los criollos con más coronas.
Es un amuleto y un bateador con rutina establecida
No obstante, hay que destacar que cuando Nelson Cruz apadrinó al venezolano y se convirtió en su mentor hace algunos años, entre las cosas que aprendió del dominicano fue a tener una ‘rutina clara’. Año a año vemos como Arráez trabaja, se cuida, se prepara para las temporadas, se ajusta en cada turno durante los partidos y sigue un orden cronológico de hábitos. Hasta su racha de 141 apariciones al plato es un argumento más que suficiente para glorificar todo ese trabajo.
Dicho eso, no hay que pasar por alto que Arráez ha sido un amuleto para San Diego, al igual que lo fue en 2023 para los Marlins. Ayudó a esos equipos a clasificar a postemporada y siendo fiel a su estilo de bateo de contacto.
De hecho, antes de su llegada este año al oeste californiano, los Padres tenían marca de 23-21. Con la presencia del venezolano alcanzaron récord de 69-48 cada vez que «La Regadera» saltaba al terreno.
CJL