Prevención del Suicidio: La importancia de la salud mental en tiempos críticos

El 10 de septiembre de cada año se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha que nos invita a reflexionar sobre un tema que, aunque a menudo se evita, afecta profundamente a la sociedad.

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En un mundo donde las tasas de suicidio continúan en aumento, es crucial entender el impacto que tiene en la colectividad y la importancia de contar con profesionales de la salud mental, como los psicólogos, en la prevención y tratamiento de esta problemática.

Licenciada Andreína Velásquez, psicólogo clínico


El suicidio es un tema de gran relevancia que merece ser tratado con seriedad y sin tabúes. Hablar sobre el suicidio no incrementa las cifras de casos, sino que puede ayudar a prevenirlos.


Es fundamental entender que cada cifra representa una vida, una historia, y que detrás de cada intento hay un dolor profundo que necesita ser abordado con empatía y comprensión.


De acuerdo a la psicóloga clínica Andreína Velásquez dijo, «los cambios en el comportamiento son también un aspecto crucial a considerar. El aislamiento social es común; las personas pueden alejarse de amigos y familiares y en algunos casos pueden comenzar a despedirse de manera inusual. Este tipo de despedidas pueden ser una señal de que están considerando un final permanente».


Al mismo tiempo, Velásquez destacó que los cambios en los patrones de sueño y alimentación son frecuentes. Algunas personas pueden dormir mucho más o mucho menos de lo habitual, y sus hábitos alimenticios pueden verse alterados. Estos cambios pueden ser indicativos de un estado emocional grave.

Señales de alerta

Expresar deseos de morir: Las personas pueden verbalizar su deseo de no seguir viviendo, lo que es una señal clara de que necesitan ayuda.


Sentimientos de desesperanza y culpa: La sensación de que no hay salida y la carga emocional de la culpa son indicadores críticos.


Altos niveles de ansiedad e irritabilidad: Cambios en el estado emocional, como irritabilidad o ansiedad extrema pueden ser señales de alerta.


Comportamientos arriesgados: Las personas pueden comenzar a involucrarse en actividades peligrosas, como conducir de manera imprudente o consumir sustancias sin preocuparse por las consecuencias.

La importancia de hablar

Velásquez manifestó «que es vital que la sociedad hable abiertamente sobre el suicidio. La comunicación efectiva y sin estigmas puede salvar vidas. Al abordar el tema, se puede ayudar a aquellos que están sufriendo a buscar la ayuda que necesitan. La prevención del suicidio no sólo es responsabilidad de los profesionales de la salud, sino de toda la comunidad».

Estrategias de intervención

En ese mismo orden de ideas, la psicólogo enfatizo, «cuando se trata de abordar el suicidio, es crucial adoptar un enfoque multidisciplinario.

La terapia ofrece un espacio seguro donde el dolor puede ser expresado y comprendido

La intervención debe ser adaptada a cada individuo, considerando factores familiares, emocionales, sociales y biológicos». Algunas estrategias incluyen:
Escucha activa y comprensión: Es vital que las personas en crisis sientan que sus sentimientos son válidos y que no están siendo juzgadas.

Escuchar sin interrumpir puede ser un primer paso importante, agregó.


Modificación del discurso: Cambiar la forma en que se habla sobre el suicidio puede ayudar a crear un ambiente más seguro para que las personas se expresen.


Prevención de riesgos: En situaciones críticas, es necesario tomar medidas para limitar el acceso a medios que puedan facilitar el suicidio, indicó.

NIVELES DE SUICIDIO: UN TERMÓMETRO DE LA DESESPERACIÓN

  1. Ideación suicida: Pensamientos recurrentes sobre desear no existir, manifestando un profundo descontento con la vida.
  2. Deseo suicida: Reflexiones más profundas sobre cómo la muerte podría ser una solución, sintiéndose una carga para los demás.
  3. Intención suicida: Una decisión clara de suicidarse, sintiendo que se han agotado todas las opciones.
  4. Amenaza suicida: Expresiones serias a amigos o familiares sobre la intención de morir, que pueden ser interpretadas como despedidas.
  5. Plan suicida: Elaboración de un plan específico sobre cómo y cuándo llevar a cabo el suicidio.
  6. Gesto suicida: Comportamientos autolesivos, como cortarse o quemarse, que indican un deseo de autoagresión.
  7. Intento suicida: Actos de intentar suicidarse que no resultan en muerte, muchas veces frustrados por factores externos.
  8. Suicidio consumado: Cuando el suicidio se lleva a cabo y resulta en la muerte.
  9. Las etapas previas al suicidio consumado son cruciales para la intervención. Cada nivel representa un aumento en la gravedad de la situación, lo que demanda respuestas adecuadas por parte de los profesionales de la salud y sus seres queridos, recalcó la psicólogo clínico.

Datos relevantes

Es importante contar con datos actualizados sobre el suicidio. Por ejemplo, el proyecto Psicodata, desarrollado por el Dr. Ángel Oropeza en colaboración con el UCAP, ha proporcionado estadísticas recientes que ayudan a comprender la situación actual del suicidio en la comunidad, estos datos son esenciales para informar y guiar las estrategias de prevención.

  1. Apoyo a personas con pensamientos suicidas:
    Cuando conocemos a alguien que está lidiando con pensamientos suicidas, es crucial ofrecerle apoyo y comprensión. La comunicación abierta y la validación de sus sentimientos son pasos fundamentales para ayudar a esa persona a sentirse menos sola y más comprendida.
  2. Validación del dolor:
    Es importante transmitir que no está solo y que su dolor es válido y significativo. Decirle que está bien, no estar bien puede ser un alivio para alguien que se siente abrumado. Preguntar sobre su red de apoyo, como amigos y familiares, puede ayudar a identificar recursos que ya tiene a su disposición. Además, sugerirle formas de encontrar consuelo, como escuchar música o recordar momentos felices, puede ser un primer paso hacia la sanación
  3. La importancia de la terapia:
    Animar a la persona a buscar terapia es esencial. En un entorno terapéutico podrá hablar sin juicio y recibir el apoyo necesario para encontrar soluciones a sus problemas. La terapia ofrece un espacio seguro donde el dolor puede ser expresado y comprendido, lo que es vital para el proceso de sanación
  4. Escucha activa y preguntas difíciles:
    Como profesionales de la psicología, es fundamental abordar el tema de manera directa. Preguntar cómo se siente y si tiene pensamientos suicidas puede ser incómodo, pero es necesario. Esta conversación puede ayudar a la persona a reflexionar sobre sus sentimientos y a entender que hay alternativas a sus pensamientos
    Estar presente y acompañar a la persona en su proceso es crucial; esto no significa juzgar o criticar, sino simplemente estar ahí para ofrecer apoyo.
  5. Recursos y apoyo adicional:
    Es vital recordar que existen líneas de intervención psicológicas y recursos disponibles para quienes están en crisis. Además, quienes acompañan a personas con pensamientos suicidas también deben considerar la terapia, ya que el peso emocional de esta situación puede ser abrumador.

El papel del psicólogo

Al mismo tiempo la licenciada Andreína Velásquez enfatizó que los psicólogos son profesionales capacitados para identificar y tratar problemas de salud mental que pueden llevar a pensamientos suicidas.


Su enfoque multidimensional permite comprender no sólo la sintomatología del paciente, sino también los factores sociales, familiares y culturales que influyen en su bienestar emocional.


Al brindar un espacio seguro y sin juicios, el psicólogo puede facilitar la expresión de emociones y pensamientos que de otro modo podrían permanecer ocultos.

Funciones del psicólogo

Identificación de factores de riesgo: Los psicólogos están capacitados para reconocer los signos y factores que pueden llevar a una persona a tener pensamientos suicidas. Esto incluye la evaluación de la salud mental y la identificación de situaciones de crisis
Desarrollo de estrategias de prevención: A través de la formación en suicidología, los psicólogos pueden crear y aplicar estrategias de prevención adaptadas a las necesidades de cada individuo. Esto puede incluir la elaboración de planes de intervención personalizados y la creación de grupos de apoyo.


Trabajo en equipo: La colaboración con otros profesionales de la salud es esencial. Los psicólogos trabajan junto a médicos, enfermeros y psiquiatras para ofrecer una atención integral a las personas en riesgo.


Educación y sensibilización: Es fundamental aumentar la conciencia sobre la salud mental y romper el estigma asociado al suicidio. Los psicólogos pueden participar en campañas de sensibilización y en la educación de la comunidad sobre la importancia de buscar ayuda.


Proyectos comunitarios: La implementación de proyectos comunitarios que midan y aborden el suicidio es vital. Estos proyectos pueden ayudar a recopilar estadísticas y a entender mejor la magnitud del problema.

Situación de suicidios en Venezuela

Según información de psicodata, las preocupaciones económicas y laborales, como el hecho de no poseer recursos para alimentar a sus familiares, las deudas, no tener trabajo, no poseer para poder pagar tratamientos médicos representa el 26% de los desencadenantes que pueden hacer pensar quitarse la vida.

Detrás de cada intento hay un dolor profundo

En el caso de la soledad y no contar con el apoyo de nadie, y la sensación de abandono, representan el 21% de las fuentes del afecto disfórico.


Problemas familiares, como peleas, maltrato físico o verbal, y la sobrecarga de responsabilidades corresponden al 18% de las fuentes o afecto disfórico.


Luego de la pérdida o duelos, bien sea por rupturas en las relaciones de pareja, por la muerte de familiares o por la migración, alcanza el 14% de las explicaciones del malestar.


Finalmente llama la atención que un 8% de la muestra habla de las preocupaciones múltiples, que terminan por generar una sensación de agotamiento, indefensión y desbordamiento efectivo.


El 65% de la muestra plasmó en sus historias que la solución para sobrellevar el sufrimiento implica la posibilidad de conseguir ayuda, no sólo con profesionales de la salud mental, sino aquella que se consigue en algún otro que cargue con el sufrimiento y saque a la persona de la soledad.


La crisis económica es un detonante para que los sujetos acumulen sentimientos y pensamientos negativos, inciden en la presencia de trastornos de ansiedad y puede contribuir a tomar la decisión de atentar contra su vida.


El camino hacia la sanación puede ser complicado, pero es importante recordar que la vida tiene valor y que siempre hay personas dispuestas a ayudar.


La salud mental es un tema serio y debe ser tratado con la atención y el cuidado que merece. Si conoces a alguien que está pasando por esto, tu apoyo puede marcar una gran diferencia en su vida.

MIRLINGH MARTINEZ | elsiglo

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