¡Viva España!

A base de fútbol y una imagen imponente como equipo, con un resultado corto para la insultante superioridad sobre la vigente campeona, España presentó su candidatura a soñar en la Eurocopa 2024, minimizando a Italia, que escapó de la goleada por la firmeza de Donnarumma, para sellar con tanto en propia puerta de Calafiori el pase a octavos como líder de grupo.

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El equipo español fue más aguerrido; Álvaro Morata (c) entra entre Alessandro Bastoni y Davide Frattesi


Superior desde el talento, intensa, mordiendo arriba, ajena a la presión y con una imagen de equipo imponente, España pasó por encima de Italia. Superior en cada faceta del juego pero sin la precisión en el primer acto en el remate que impulsó un estreno alejado a la tensión que siempre aseguraba una cita con Croacia y desatándose en la segunda cuando el factor fortuna sonrió a quien tanto lo merecía.


Recuperó su esencia desde el balón España, aumentando la posesión, pero asociándola a un fútbol directo y vistoso, repleto de vigorosidad física y talento. El de Nico Williams para convertir el partido en pesadilla para Di Lorenzo, superado sin ayudas cada vez que fue encarado.

La España de extremos amenazó por la izquierda y presentó por la derecha el talento de Lamine Yamal que hace recular al rival.


El empuje y el fútbol de España empequeñeció a una Italia que con Spalleti intenta asociar su fútbol a la brillantez. No tuvo opción. La dependencia de Barella, desaparecido en el asedio. Le quedó el recurso del contragolpe, estrellándose cuando lo intentó con la contundencia de Le Normand y el carácter de Cucurella, la aparición más sorprendente de España en el torneo con un nuevo recital de entrega.


La difícil explicación desde lo futbolístico del empate sin goles al descanso encontró una rápida respuesta en la reanudación, con el mismo panorama. Una Italia atemorizada ante el vendaval español. Desde la final de Kiev en 2012 no se recordaba tanta superioridad en un duelo que se repite en cada Eurocopa.


Y fue cuando tras perdonar de nuevo Pedri lo imperdonable, tras el pase de la muerte de Nico, con todo a placer para marcar de diestra, pero chutar fuera, apareció ese punto de fortuna que necesita todo equipo para avanzar hacia la gloria. Desde el robo de Carvajal, la exhibición de Nico, el centro peinado por Morata para cambiar la trayectoria y convertirla en inesperada para Donnarumma, que se la quitó de encima para provocar el tanto en propia puerta de Calafiori (min. 55).


El premio tan merecido, por fútbol e insistencia, no cambió la identidad de España. Quiso más pese a saber que ya estaba en octavos como primera de grupo. Y Donnarumma, que realizó hasta nueve paradas, evitaba el tanto tan buscado por Morata con un potente disparo lejano, veía cómo su defensa sacaba bajo palos un testarazo tras córner de Le Normand y el travesaño repelía un latigazo de Nico.


El premio para España era corto por merecimientos y a Italia hay que rematarla. Digirió su orgullo y se levantó de la lona por segundos tras una pérdida de Rodri, renqueante toda la segunda parte tras una entrada durísima. Nunca generó peligro, pero lo intentó con orgullo con un único remate tras córner, fácil para Unai.

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STC