Los familiares del ciudadano que falleció dentro de los espacios del antiguo local nocturno Taberna del Puerto, estructura de vieja data situada en el callejón Girardot en la ciudad de Maracay, señalaron que el deceso de su pariente se produjo a causa de un infarto derivado posiblemente a las altas temperaturas.
La esposa que acudió la mañana de este miércoles a la Morgue de Caña de Azúcar a realizar los trámites para retirar el cadáver de Oswaldo Tovar Aguilar, de 45 años de edad, quien manifestó que su pareja trabajaba de buhonero en la zona.
«Hace poco estuvo enfermo e incluso tomó algunos días de reposo. Fue al médico, donde le dijeron que debía trabajar bajo sombra y no exponerse a tantas horas a los fuertes rayos solares», dijo.
Y este martes, «aconsejé a mi pareja que no se fuera a trabajar, ya que las altas temperaturas podrían complicar su estado de salud, pero como no había nada de alimentos y además se necesitaba un medicamento, así como padre responsable de una niña de nueve años, se vino de Mariara a Maracay», agregó.
Luego llegó la noticia que Oswaldo Tovar Aguilar había muerto, y el cadáver quedó trasladado a la Morgue de Caña de Azúcar para la autopsia de ley.
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EN REMODELACIÓN
Por su parte, Humberto Pérez, encargado de la estructura situada en el callejón Girardot, aclaró que el señor vendía sus productos en la avenida Bolívar, y se instaló desde tempranas horas de la mañana en su sitio habitual.
Al rato, el hombre, quien tenía una condición especial, comenzó a sentirse mal e inmediatamente pidió permiso para ir al baño a hacer sus necesidades fisiológicas. Como no salía, «nosotros nos acercamos al lugar y observamos al señor sentado en la poceta ya sin signos vitales».
Posteriormente se notificó del asunto a las autoridades, haciendo acto de presencia la Policía Municipal de Girardot y luego el Cicpc. Pérez comentó que esa estructura está en proceso de remodelación.
Aclaró que ese espacio no es utilizado para dormitorio ni mucho menos guardar mercancía. «Soy el encargado de la edificación», agregó el señor.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
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