«Desde la niñez, he habituado realizar actividades extracurriculares que potencien mi desarrollo integral, sin embargo, debido al periodo de aislamiento que acarreó el virus Covid-19, me encontré en la obligación de suspender dichas aficiones. Durante ese tiempo, los días se sumieron en la monotonía, llenándose de matices agobiantes, pues aun intentando llevarlas a cabo en casa, cada intento resultaba infructuoso.
Junto con el cesar de la pandemia, los días transcurrían con la misma rutina, empezando por la realización de asignaciones escolares, seguido de navegar en el Internet, hasta altas horas de la noche. Estas prácticas resultaron en problemas de salud y adicción, especialmente con mi celular. Me mantuve así por mucho tiempo, hasta realizar una introspección, en la que pude percatarme de los perjuicios, procediendo a tomar medidas que sustituyeran los malos hábitos.
Mi primera vía de conexión con la realidad son las artes manuales. Gozo de expresarme a través de ellas, haciendo felices a las personas que reciben mis creaciones. Se convirtió en una terapia de reconocimiento y exteriorización de emociones, lo que trajo múltiples beneficios a mi sistema, reduciendo los niveles de estrés y ansiedad; la concentración suprimía los pensamientos negativos, centraba mi enfoque en el presente, y al percibir el producto final de mi trabajo, me embriagaba de orgullo y se desarrollaba en mí el sentimiento de satisfacción.
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Así aumentó mi autoestima, mientras que simultáneamente me alejó de las pantallas, permitiéndome el regocijo de pasar tiempo de calidad. Pero para ello también he empleado herramientas complementarias, de meditación o seguimiento del estado de ánimo, pudiendo destacar la aplicación «Cuida tu ánimo». Conseguí su existencia una noche de pandemia, y desde entonces, se convirtió en apoyo efectivo.
El propósito de su creación fue principalmente la prevención oportuna de la depresión y el riesgo de suicidio juvenil; aunque de igual manera cuenta con múltiples funciones. Ofrece consejos de superación, recomendaciones para enfrentar situaciones, consultas, redes de apoyo e incluso genera planes de regulación emocional.
Una de sus funciones profundamente acertadas, es la cantidad de información que proporciona a los usuarios sobre salud mental. En la actualidad, continúo empleando en gran medida las redes sociales, conectada a través de mi celular al Internet por largos intervalos de tiempo, no obstante, organizó los horarios con sensatez, estableciendo una ecuanimidad entre la duración de mis instancias online y el resto de las actividades, jerarquizando siempre como prioridad el disfrute con mis seres queridos, porque, si bien, está comprobado el gran apoyo que representan las tecnologías para la humanidad, lo adecuado será instaurar una armonía en su uso».
HÉCTOR BRICEÑO| elsiglo
MG