Han pasado 35 años del «Caracazo»

El estallido social del 27 de febrero de 1989, también conocido como El Caracazo, fue un movimiento popular masivo que se desató en Caracas hace 35 años, como respuesta a las medidas económicas implementadas por el Gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Han pasado 35 años del «Caracazo». FOTO: CORTESÍA

Para rememorar estos hechos y sus consecuencias, entrevistamos a Mauricio Maracara, cronista municipal de Maracay y Choroní, quien ratificó que se trató de un acontecimiento que marcó un hito en la historia venezolana, representando un punto de inflexión en la percepción y participación ciudadana en la política y las decisiones gubernamentales.

El detonante del Caracazo fue la aplicación de un paquete de medidas económicas, conocido como «El Paquetazo», exigido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como requisito para recibir préstamos.

Maracara rememoró que estas medidas incluían aumentos significativos en los precios de productos básicos y servicios, eliminación de subsidios y desregulación de la economía, lo que impactó de manera desproporcionada en las clases más desfavorecidas.

El 27 de febrero de 1989, la ciudad de Caracas fue testigo de una ola de protestas que rápidamente se convirtieron en una oleada de disturbios, saqueos y manifestaciones generalizadas. La represión por parte de las fuerzas de seguridad fue extrema, resultando en un significativo número de muertos y heridos, así como violaciones de derechos humanos.

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Más detalles de hace 35 años de «El Caracazo»

Las protestas y disturbios se expandieron a otras ciudades de Venezuela, extendiéndose a lo largo de semanas y culminando el 6 de marzo de 1989. El impacto de esto fue profundo, generando una aguda conciencia sobre las desigualdades sociales y económicas en el país, así como un cuestionamiento a las políticas neoliberales impuestas por el Gobierno, relató.

«El Caracazo marcó un momento crucial en la historia venezolana, catalizando la emergencia de una mayor participación ciudadana en la esfera política y la búsqueda de justicia social. La conmoción que generó tuvo un impacto duradero en la vida política y social de Venezuela, y su legado continúa resonando en el país hasta el día de hoy».

Este evento sirvió como un recordatorio de la importancia de atender las necesidades y preocupaciones de los sectores más vulnerables de la sociedad, así como de la necesidad de establecer políticas económicas y sociales que promuevan la equidad y el bienestar colectivo.

De acuerdo a la percepción del cronista, este estallido social dejó una profunda huella en la historia de Venezuela, sirviendo como un antecedente constante de los desafíos sociales y políticos que deben abordarse de manera urgente y efectiva para el beneficio de toda la sociedad.

Impacto a nivel nacional

Aunque el evento tuvo mayor impacto en la capital, también se extendió a otras regiones del país, incluyendo el estado Aragua.
En la entidad, al igual que en otras zonas del país se registraron manifestaciones, saqueos, actos de violencia y represión por parte de las fuerzas de seguridad. Estos eventos tuvieron un impacto significativo en la población, generando un clima de inestabilidad y tensión social.

«A raíz del Caracazo se desencadenaron procesos de reflexión y reorganización en la sociedad civil y en la esfera política, lo que se tradujo en movimientos y partidos que buscaban representar y abordar las demandas de los sectores más desfavorecidos».

Al ser un evento completamente nuevo en la historia del país, las acciones y medidas que se tomaron por parte del Gobierno y la Policía Metropolitana, además de la población en general, fueron completamente extraordinarias y de «ensayo y error», dado que no estaban acostumbrados al famoso «toque de queda», generando muchas muertes y represión gracias al miedo y la incertidumbre, añadió.

En resumen, El Caracazo tuvo un impacto profundo en la capital y en todos los estados del país, y su influencia en la historia continúa resonando, como parte de un período de transformación política y social que moldeó la Venezuela contemporánea.

ALEJANDRA BUITRAGO | elsiglo

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