Natural Stetik: Lo estético eleva el espíritu

La medicina estética es un área en constante evolución, que posee extraordinarias oportunidades de emprendimiento pues la población siempre está en busca de servicios de calidad en áreas de salud, bienestar y belleza.

Alguien que entendió este llamado fue Jholismar Villasana, directora del Centro Estético “Natural Stetik”, que nació como una necesidad de producir ante la crisis que se vive actualmente en Venezuela; “nos dedicamos básicamente a la belleza de la piel, trabajamos con tratamientos poco invasivos que tienen muy buenos efectos y eso es lo que le atrae a las personas”.

Licenciada en Enfermería con postgrado en Medicina Estética y Belleza Integral, Jholismar vio como la crisis destruía las oportunidades, pero con la ayuda de su esposo decidió poner en marcha un proyecto que le llevó tres años consolidarlo.

“El comienzo fue un poco difícil, nosotros empezamos desde cero, nos entró un dinero y compramos parte de los equipos más costosos y poco a poco nos hemos ido abasteciendo de más equipos necesarios para el trabajo”, relató.

Tratamiento para toda persona

La llegada de su hija dificultó el avance del negocio, pues debió dejarlo a un lado por un tiempo, “tuvimos mucha ayuda de una prima de mi esposo que nos ayudó a impulsar la marca y posteriormente concretamos la parte legal para arrancar e iniciar toda esta aventura”.

Sobre las bondades que ofrece “Natural Stetik”, Villasana comentó que se especializan en tratamiento de belleza, limpieza facial, dermapen, plasma rico en plaquetas, peeling químico, disminución de estrías, entre otros servicios.

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“Yo doy a un paciente el conocimiento o lo trato de manera particular, un tratamiento para cada piel, eso fue lo que yo aprendí. Cada paciente es diferente, el tratamiento es para un mismo fin, pero se tiene que realizar de manera personalizada para un mejor resultado, luego se le dan las indicaciones para el cuidado post tratamiento”, aseveró.

Para finalizar, recordó la importancia de ser constante ante un sueño y no decaer por más adversidades que se presenten en el camino, “uno puede durar tres años sin ver resultados y pierde el ánimo, pero si podemos durar 20 años trabajando por un sueldo mínimo, podemos luchar por lo que uno quiere, no decaer, hay momentos difíciles, pero la familia es el motor para seguir”.

HERNÁN GONZÁLEZ | elsiglo