El dulce aroma del cacao en el municipio Ocumare proviene de emprendimiento de dulcería criolla ideados por personas dedicadas al cultivo y procesamiento de este delicado fruto, que se ha convertido en el principal generador de ingresos de muchas familias del litoral aragüeño.
Un lugar imperdible cuando estamos en el pueblo de Ocumare, es la llamada «calle del dulce», ahí se instalan muchas personas a vender una gran variedad de postres cien por ciento criollos, típicos del lugar, entre los que destacan las tortas, galletas, cremas, bebidas entre otros manjares buscados por propios y visitantes.
Esglenis Vásquez, quien tiene más de 24 años dedicándose a la dulcería criolla, comentó al equipo reporteril de elsiglo que gracias a su hermano comenzó a conocer sobre la preparación de estos alimentos, fue ahí cuando tomó la decisión de iniciar un negocio familiar como una manera de obtener una entrada para su núcleo familiar.
Dulces tradicionales para todos los turistas
«Seis meses después que yo decidí emprender, mis hermanas también quisieron unirse, formamos una unidad productiva familiar y hasta hoy día hemos ido preparándonos, incluyendo más dulces en nuestro menú», recordó.
Como en cada emprendimiento, la dulcería criolla ha pasado por altos y bajos y esta no se escapó de la pandemia, pues debido al distanciamiento social muchos tuvieron que cerrar su santamaría ya que el pueblo no recibía turistas.
«Eso nos pegó muy duro, no venía gente, tuvimos que parar la producción. Gracias a Dios a lo largo de 24 años hemos podido subsistir y estamos seguros que lo seguiremos haciendo», aseveró.
También te puede interesar: Chocolates “El Querrequerre”, una cultura con mucho sabor
Vásquez cree en la importancia de la preparación, por ello, se ha encargado de enseñar a nuevas generaciones parte del secreto de la elaboración de los postres para que en un futuro no muy lejano sigan con esta tradición que endulza la vida de grandes y chicos.
«Es una necesidad, cada emprendedor de Ocumare de la Costa ha luchado mucho por mantenerse a flote. Las nuevas generaciones son nuestro relevo y desde una edad muy temprana tratamos de inculcar esto, son nuestras raíces y es nuestra obligación mantenerla, así también aprenden un oficio y generan algo de dinero», refirió.
Por último, acotó que mientras se tengan las ganas, todo emprendimiento puede dejar resultados positivos, siempre y cuando se sea constante, pero sobre todo responsable.
HERNÁN GONZÁLEZ | elsiglo
fotos|BETZABETH DELGADO