Kevin Carmona: Del intento al método Loomis

Inspirado en personajes icónicos de anime, de los atractivos de la naturaleza, de las emociones humanas expresadas en los rostros y en la obediencia de los animales, Kevin Carmona comienza abrir su porvenir a través del dibujo. Hace poco, por una casualidad, descubrió sus virtudes innatas para plasmar un contexto; ha iniciado un proceso de formación, por el momento empírico, pero tiene confianza que le puede dar excelentes resultados muy pronto.

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Kevin descubrió sus virtudes innatas para plasmar un contexto

Este es un joven de 15 años de edad; estudia tercer año de educación básica en la UEN “Aimé Bonpland” en San Francisco de Asís, municipio Zamora del estado Aragua. Es poco conversador, pero quienes lo van conociendo, en medio de su asombro por lo que aprecian en sus bocetos, alcanza a decir “sus manos hablan por sí solas”.

Entiende que un emprendimiento es el inicio de “algo bueno”. “Con eso se construye un destino”, aduce. No se refiere a proyectos ni negocios, pero ha entendido que con sus cualidades puede lograr grandes cosas.

“Comencé hace tres años a dibujar. Lo hice después que un amigo me pidiera que le hiciera una tarea. Busqué un canal de Youtube y encontré un buen material audiovisual, desde entonces arranqué en esto”, explicó.

Se ha vinculado en el área, porque en su pueblo ha visto a muchas personas plasmar sus obras en lienzo, además, la cercanía con Magdaleno es condicionante. También tiene un tío que tatúa y el arte lo motiva significativamente.

Hasta los momentos no ha recibido una formación estructurada del dibujo.

“Aprende haciendo”, que como filosofía del conocimiento es la forma más eficiente de aprendizaje, mediante la experiencia, la acción, la vida, lo empírico, lo cotidiano, el entorno, la experimentación, la prueba y el error.

VALOR DE LOS DIBUJOS

Enmudece al preguntarle qué valor tienen sus dibujos. Es difícil sacar palabra alguna sobre el tema. Solamente mueve su cabeza cuando escucha -al buen estilo del regateo- alguna cifra. El rostro de Thor, de Dragón Ball o del cantante colombiano Camilo, pudieran tener un costo no menor de $10, pero dibujos con más técnica y dedicación, por la matización, la mezcla de sombras y el brillo, que le han llevado hasta más de dos horas de trabajo continuo, Kevin los ha hecho por tan sólo tres billetes de uno de dicha divisa.

En un sentido más realista, el adolescente asegura que le encanta dibujar porque es una forma de identificarse “o expresar lo que uno siente”.

Lo que comenzó como un intento, esto va mucho más allá. Mientras sus padres están buscando la manera de garantizar su formación en el dibujo, el chamo busca otras formas de aprender. “He estudiado el método Loomis, una técnica que utiliza cuadrículas para representar con precisión la cabeza humana desde varios ángulos, por ello he mejorado considerablemente”, afirmó.

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Lo que comenzó como un intento, esto va mucho más allá

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Describiendo su ruta de vida, dijo que quisiera ser entintador y dibujante de cómics, aunque se inclina más por el arte del tatuaje. “Estoy en la fase de preparación, de crecer en lo personal y los estudios. Esto es dedicación y constancia. Si aquí está mi futuro, lucharé hasta lograrlo”.

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