Barbie Cakes: Del sueño a la realidad

Se identifica como mucha formalidad: “Soy Bárbara Gil Blanco, tengo 13 años de edad y me dedico a la repostería comercial”. Pese a su edad, está al frente de Barbie Cakes, por supuesto, bajo la mirada protectora y orientadora de papá y mamá.

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Barbie Cakes es una iniciativa impulsada por la jovencita, que cuenta con la mirada protectora y orientadora de papá y mamá

Estudia primer año de educación básica en la UE “Casa de Dios” y en su institución ha tomado la iniciativa de enseñar a sus compañeros dentro del programa educativo “Grupo Estable”. Está motivada y quienes la rodean saben que está enfocada para asumir retos.

“Siempre me gustaba estar presente cuando preparaban postres y ya un poco más grande comencé a ver tutoriales”, responde cuando se le pregunta por qué de su iniciativa.

Ella tiene como objetivo abrir su propio negocio, una pastelería en Maracay. “Me estoy preparando para ello. Gracias al apoyo de mis padres, tomé clases en el Instituto Culinario Capresa, donde aprendí mucho”, acotó.

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Bárbara tiene como objetivo abrir su propia pastelería en Maracay

Ha asimilado lo básico del oficio, como elaborar ponqués, decorar y realizar las cremas. Aunque no degusta mucho los dulces, sabe que son buenas las tortas y postres; “lo he comprendido porque tengo una aceptable clientela, hay mucha demanda”, refiere.

Sus padres ya están en el proceso de dar el primer paso junto a Bárbara; en poco tiempo le ayudarán con un espacio en su propia casa; ya piensan en el lugar para que ella venda al mayor.

“Me gusta decorar tortas grandes para eventos. Las que más me piden es de chocolate y tres leches, la gente no se arrepiente cuando las prueba”, aseguró.

FORMACIÓN EN SU OFICIO

Por el momento fusiona su tiempo entre sus estudios académicos y la formación de su oficio. “Más adelante quisiera viajar a otros países para aprender más; este es un trabajo que necesita formación permanente, porque la idea es permanecer en el tiempo”, resaltó con convicción.

Su madre, Yulianis, habla de su hija con mucho orgullo. “Lo que comenzó con el método de la observación y a través de tutoriales, ella lo ha mejorado con la práctica”, mencionó.

“No podía dejar una leche, una harina de trigo, azúcar, entre otros ingredientes, porque en un abrir y cerrar de ojos ya tenía montado un bizcocho en el horno”, describió.

Todo lo que ella hace es espectacular y no lo digo porque es mi hija o porque degusto de los dulces, sino por los comentarios de los clientes, apuntó.

“Ella va para grande, ya quiere su propia cocina, porque utiliza la mía. Ya le estamos preparando su propio espacio, para que se desenvuelva mejor, cuenta con nuestro apoyo y el de toda la familia”.

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Yulianis subraya que el sueño de Bárbara se está haciendo realidad. “Es un emprendimiento que crece con el paso del tiempo, y ella es motor de esa iniciativa, por ello, sus tortas, gelatinas y postres tienen tanta aceptación”, recalcó.

HBRI. | elsiglo