El sueño de la familia Fazio siempre ha sido abrir un restaurante. Considerando sus raíces italianas, la señora Teresa anhela poder ofrecerle al público las recetas de pasta de su madre, quien hace tres años partió de este plano, sin embargo, el proceso no ha sido sencillo y tras un fracaso en un primer intento de emprendimiento, con la ayuda de su esposo y sus hijos iniciaron un nuevo proyecto llamado “Bati Frutas” (@bati_frutas).
Este establecimiento abre sus puertas el 28 de diciembre de 2022 para ofrecer a los aragüeños batidos de frutas naturales y helados como barquillones y los populares helados de teta, con la particularidad de elaborarse a base de yogur y trozos de fruta.
Batidos verdes
“Para las personas amantes de la vida saludable, ofrecemos nuestros batidos verdes que son verdaderamente refrescantes, porque lo hacemos tipo granizado; además de tener otros más comerciales como los de guanábana y de cocosette con torta de chocolate”, explicó Fazio.
La emprendedora comentó que iniciaron este proyecto con la intención de salir adelante, pero sus aspiraciones van más allá, puesto que en un futuro espera tener más establecimientos, donde además pueda vender almuerzos y cenas, como estaba previsto desde la idea original. “Estoy cumpliendo el sueño de mi mamá”, reiteró constantemente Fazio.
Pero el legado de su familia no culmina aquí, ya que sus hijos también están estrechamente involucrados en este sueño; por eso, Saraí García, hija de Teresa, con tan sólo 13 años de edad, confiesa que aunque a veces tienen momentos malos, su familia se caracteriza por salir siempre adelante.
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“Todo esto es nuevo para mí, llegué aquí sin saber hacer nada y con la orientación de mi familia aprendí a hacer los batidos y creo que ese amor por la cocina y los postres es algo que viene de familia, primero mi abuela, luego mi mamá y ahora yo”, comentó García.
Con su carisma de niña, Saraí prepara cada día batidos que los clientes pueden disfrutar en un espacio agradable construido con el amor y el esfuerzo de la familia García Fazio, quienes permanecen unidos esperando que Dios sea quien determine el futuro de su negocio.
CHIQUINQUIRÁ RIVERO | elsiglo
