Hueco en la avenida 3 afecta a los habitantes de Caña de Azúcar

Desde hace un mes, vecinos de los sectores 9 y 10 de Caña de Azúcar se han visto afectados por un derrame de aguas blancas que ha ocasionado un hueco en la avenida 3 de esta localidad, para el cual no han recibido respuestas de los organismos competentes.

Eduardo Rangel relató que en una oportunidad estuvo a punto de caer en el hueco que se encuentra en este lugar y de forma sarcástica afirmó que el gran número de “cráteres” que hay a lo largo y ancho del municipio Mario Briceño Iragorry, ya son “accesorios que adornan las comunidades”.

Hueco en la avenida 3 representa peligro

“Desde el año pasado tenemos ese problema y es bastante peligroso para los que andamos en la calle, yo soy motorizado y vivo cerca de aquí y tengo que pasar por esta avenida todos los días, ya me ha pasado que viene algún carro y de repente se lanza hacia un lado para esquivar el hueco y también se lo puede llevar a uno por delante”, precisó Rangel.

Asimismo, este vecino comentó que donde se genera el bote, pasa la llave principal de la distribución de agua de todo el municipio y justo allí hay una tubería rota que provoca el hundimiento de la carretera que sigue creciendo a pesar de todos los escombros con los que han tratado de rellenar.

No llega el vital líquido

Por su parte, Marilín Guzmán aseguró que además del deterioro de la vialidad, los habitantes de la zona también se ven perjudicados porque el vital líquido no les llega con la misma eficiencia, además de llegar sucia

“Nos dijeron que lo iban a arreglar, pero es como todo, allá en el sector 10 estamos llenos de huecos y eso fue promesas tras promesas y nadie cumplió. Se le hizo un llamado al alcalde a través de los consejos comunales, pero todavía nada”, argumentó Guzmán.
Otros perjudicados que no quisieron revelar su identidad, explicaron que las avenidas 3 5, 8 y 10 están llenas de huecos, por lo tanto creen que en cualquier momento los astronautas llegarán a este municipio pensando que se trata de la luna.

CHIQUINQUIRÁ RIVERO| elsiglo