Desde que se inició el mes de enero, cada día llegan alrededor de 15.000 temporadistas a la Costa de Oro, esto según la información suministrada por Protección Civil, siendo un número que aunque no supera la cantidad de visitantes que iban en el pasado, fue una cifra sorpresiva, entendiendo que luego de la fuerte temporada de lluvias, el turismo se vio sumamente afectado en esta zona.
Cuando las esperanzas estaban a punto de perderse para los comerciantes de la Bahía de Cata, el 2023 llegó de la mano de miles de turistas, por lo tanto tuvieron que ponerse manos a la obra para poder brindar los mejores servicios.
Roswan Jaramillo, quien se dedica a la venta de la acostumbrada comida playera, que consta de pescado, sopa, tostones, empanadas, ceviche, entre otros platillos tradicionales, afirmó que tenían mucho tiempo anhelando que las personas se acercaran a las playas, ya que muchas familias dependen del turismo.
“Esto fue una bendición de Dios, ya que teníamos rato sin recibir a tantas personas por todo lo que pasó a raíz de esas tormentas tropicales que dejaron tanto desastre, pero desde el 1° de enero todo cambió, hay mucho comercio y muchas personas disfrutando y aquí estamos preparando la mejor comida, tenemos los servicios de pescado frito desde los 7$ y los combos familiares desde los 20$”, aseguró Jaramillo.
Por su parte, Daniel Balaguer, otro vendedor de comida, confesó que la gente lo sorprendió, ya que con la situación económica del país y todas las dificultades que vivieron por las lluvias había asumido que esta temporada sería mala.
“Fue sorprendente, esperábamos menos gente, pero nos sorprendieron, arrancamos enero con muchos temporadistas y esperamos que sigan viniendo, porque aquí hay muy buena comida, también hay buenos servicios con toldos a orilla de la playa, vemos como un regalo de Dios, el hecho de que vinieran tanto turistas, así que con mucho gusto les ofrecemos nuestros servicios”, acotó Balaguer.
Endy Ulloa se dedica a preparar las populares empanadas de cazón que no pueden faltar en una visita a la playa, esta mujer aunque se dedica formalmente a la educación, en su tiempo libre les brinda buena comida a los turistas. “Para que las empanadas queden buenas hay que ponerle sazón, amor y cariño”, fueron las palabras de la cocinera.
Ulloa también señaló que en una jornada de trabajo puede vender hasta 40 empanadas, considerando que las personas usualmente buscan comida para el almuerzo, ya que vienen de noche de fiestas y tragos.
Para Fernando Polentino este movimiento comercial lo llena de emoción, ya que su negocio se trata de una tienda ambulante de accesorios playeros, entre los que destacan las gorras y los lentes de sol.
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“Me alegra que podamos comenzar el año como tiene que ser, con ganas de prosperar y echar para adelante, el consejo que le puedo dar a todos los venezolanos es que trabajen con ganas y mucha fe, porque se necesitan personas que quieran sacar adelante a su país”, añadió Polentino.
CHIQUINQUIRÁ RIVERO | elsiglo
