Durante la visita del presidente colombiano Gustavo Petro a la capital venezolana, los mandatarios de ambos países acordaron la apertura total de la frontera para el transporte internacional de mercancía y de pasajeros, bien sea en servicio público o en vehículos particulares.
Todo esto ocurrió pocos días después de haber puesto en operación el puente binacional Atanasio Girardot, también conocido como Tienditas que comunica al vecino país con el estado Táchira y de activar el pasado miércoles el paso de vehículos en el puente internacional José Antonio Páez, que comunica la ciudad colombiana de Arauca con el estado Apure.
En este sentido, Rodrigo Campos, presidente del partido Primero Justicia en el estado Aragua, aseguró que le parece un hecho positivo “siempre y cuando ambos gobiernos tengan la capacidad de tener el control territorial de la frontera, porque sabemos que desde allí operan muchas mafias, tanto venezolanas como colombianas que representan un flujo de dinero sumamente grande para las bandas delictivas”.
Sin embargo, considera que han tomado una medida sumamente importante para ambas naciones y que espera que los dos gobiernos garanticen el paso de la gente de manera ordenada, legal, “sin cobro de vacuna y garantizando la seguridad física de las personas”.
Sobre el hecho de que las fronteras hayan permanecido cerradas durante tanto tiempo, Campos opina que “los ciudadanos no tenemos porque pagar las consecuencias de las crisis políticas entre los gobiernos y es importante que las personas que quieran transitar libremente entre ambos países, puedan hacerlo con la garantía de su seguridad”.
CHIQUINQUIRÀ RIVERO | elsiglo
