Llegamos a la postrimería del año. El 2022 se nos va, y con ello, un sinfín de vivencias, experiencias, anécdotas; unas buenas y otras no tan buenas, pero así han transcurrido prácticamente más de 360 días. El 2023 está a la vuelta de la esquina, que en un abrir y cerrar de ojos ¡en un plus! llega el año nuevo.
Los giros del planeta cada vez nos acerca al novel período y con ello la esperanza cobra vigor para que los asuntos sean mejores. Pero en esta última semana las ilusiones crecen con un término de año mucho mejor, en comparación a lo sucedido a la víspera de la Nochebuena, deseo de los comerciantes informales de Cagua, quienes desde el lunes 26, con respeto y discreción, se presentaron en las calles del casco central de la capital del municipio Sucre (Aragua) para ofrecer sus mercancías.
Sharlo Rodríguez vende ropa. Ella aseguró que durante los días 23 y 24 «la cosa estuvo ruda». La dama vendió poco durante esas fechas, por lo que espera que todo mejore para el 30 y 31.
«Considero que la situación empeora, porque el venezolano no tiene poder adquisitivo para darse sus lujitos», apuntó.
Resaltó que su ropa se ajusta a la realidad del contexto nacional en relación a los precios. «No creo que estoy vendiendo tan caro, para nada. He entendido que todo está caro», acotó.
Rodríguez hizo referencia que tiene la confianza que sus ventas mejoren para el cierre del 2022, puntualizando que el año nuevo vendrá cargando de energías.
Pedro Figueroa, por su parte, expresó que las ventas están muy malas. «Se vende a cuentagotas y eso sucede porque las personas están más atentas de comprar comida que otra cosa», añadió.
Aseguró que el dinero no alcanza para mucho. «El poder adquisitivo de las personas ya no es igual a otros años, por ello veíamos el centro de Cagua full en otros tiempos, el viernes y sábado fueron malos comercialmente hablando», enfatizó el vendedor informal.
Entre tanto, Marisol Villegas se refirió que coyunturalmente el causante de lo que está ocurriendo con las ventas es el dólar. «Si no hay políticas de Estado que detengan esa situación, esto seguirá así y empeorando», apuntó.
El movimiento del dólar la semana pasada le hizo mucho daño al sueldo de los venezolanos, en especial, a quienes trabajan por sueldo mínimo.
«Esa divisa subió, bajó, subió y subió, pero nunca tuvo estabilidad. Ese balance nos perjudicó a todos, a medianos y pequeños comerciantes, no nos dio oportunidad de nada, por ello consideramos que las ventas fueron pésimas», explicó.
Villegas subrayó que si las circunstancias son iguales esta semana, la última del año, predice un cierre de 2022 malo.
Uno de los más nombrando en el centro de Cagua es José Izalla, vendedor de chicha. «El joven sí dijo que sus ventas fueron regulares, «porque nada se parece a lo que pasó el año pasado donde vendía todo», detalló.
Mencionó que seguramente la demanda de todas las mercancías disminuyó la semana pasada por el cambio del dólar.
«Todo ese descontrol afecta a los venezolanos, porque lo que uno compró ayer, hoy en la mañana tendrá un valor diferente, y en la tarde, ese costo será distinto. Los precios están condicionados por el cambio dolarizado», comentó.
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Izalla también confía que «la cosa» cambie en el 2023, «porque todos los venezolanos nos los merecemos». «Mucho esfuerzo se ha hecho durante este año y muchas personas están terminando sin nada, porque la economía, ese descontrol no nos dan muchas oportunidades para crecer», finalizó el vendedor.
HBRI. | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA