Familias de la urbanización El Castaño agradecen estar vivos

A cuatro días luego de que las familias de la comunidad de El Castaño, municipio Girardot, vivieran momentos de terror por el deslave de la quebrada de Palmarito en horas de la tarde de este lunes, poco a poco tratan de sacar fuerzas de donde no las tienen, para así poder limpiar sus hogares.

En las viviendas se puede observar los estragos del río.

Cargados con palas en mano, son muchos los habitantes que desde muy tempranas horas se disponen a limpiar sus hogares, agradeciendo el apoyo y la solidaridad tanto de los vecinos, quienes sus viviendas no sufrieron los estragos del agua, así como de los demás habitantes y entes del estado Aragua.

Aunque al momento de relatar lo sucedido, las lágrimas invadieron los ojos de los habitantes, agradecen estar vivos y unidos en familia, para poder contar esta trágica historia, que les permitió ver la vida de una forma diferente, resaltando la unidad como una forma de lucha para superar los momentos difíciles.

Para Lucedia Vega esta situación es muy dura, lo que se necesita es mucho apoyo y unión, “es bastante fuerte esta situación, todo fue en fracciones de minutos, en la zona de Palmarito tenemos vecinos que no sabemos nada de ellos todavía, la naturaleza hizo nuevamente de las suyas y no lo pudimos evitar”.

Mencionó que a eso de las 2:00 de la tarde del día lunes empezó a llover, sin embargo no existía ninguna alerta, “se estaba hablando mucho del dique en la parte de Corozal, pero gracias a Dios allá no pasó nada, nos agarró desprevenidos en hora del almuerzo, al llegar de buscar a los chamos del colegio”.

Momento del deslave

Vega relató que al momento del deslave ella se encontraba en la vivienda junto a sus padres e hijos, “como una familia normal almorzamos y nos acostamos a descansar, en ese momento escuchamos a mi padre, que es una persona de tercera edad, quien nos alertó que no se nos estaba metiendo el agua, pero minutos después el agua venía detrás de él”.

Apuntó que para salvar sus vidas corrieron hacia la planta alta de la vivienda, “en ese momento se piensa lo peor, con la situación encima todo lo que te enseñaron se nos olvida, no se piensa, vienen muchas cosas negativas a la cabeza, el agua nos tapó todas las salidas, esperamos en la segunda planta que el agua bajara y empezamos a caminar por el lodo y duramos como 5 horas para poder salir de nuestra casa”.

Lucedia Vega destacó que no tiene agua ni servicio eléctrico “esperamos que pronto se pueda reponer, necesitamos ayuda, la ayuda humanitaria es muy importante, pero también la psicológica, ya que el que no puede subir por lo menos tiene una palabra de aliento, ya que es muy difícil la situación, ver a nuestros vecinos que están más afectados es muy lamentable, pero como dicen por allí el que quiera venir a echar pala con nosotros es bienvenido, eso también es una ayuda muy importante”.

Por su parte, Mariela Noguera manifestó que a cuatro días de la tragedia se encuentran a la espera del apoyo de infraestructura, “queremos atacar la parte del río, ya que todavía sigue saliendo mucha agua, las casas de nuestros vecinos están muy afectadas, no tenemos luz ni gas, ya que la situación es lamentable”.

Mencionó que aunque el Gobierno se encuentra trabajando y desplegados, la situación es compleja, “estamos declarados como zona de emergencia y debemos esperar que las autoridades puedan iniciar con sus trabajos, en la vivienda de al lado nuestros vecinos, el profesor César está a salvo y eso es lo más importante”.


Noguera agradeció a Dios por estar vivos y unidos, “en el primer día ocurrieron algunos robos, pero en estos momentos los cuerpos de seguridad se mantienen desplegados y resguardando la zona, el suministro de alimento ha estado bien, nos han traído agua y estamos a la espera de más apoyo, esta es la calle más afectada y siempre que el río siga fluyendo no pueden subir las ayudas”.


El ruido del río les recuerda la tragedia, así relató Noguera, “aquí en esta zona siempre llueve después del mediodía, mientras en la mañana estamos aprovechando este sol y teniendo paciencia, agradeciendo a Dios por estar vivos”.

CASA TOTALMENTE TAPIADA

Para Alejandro Castro su realidad es muy distinta a la de todos sus vecinos, ya que su vivienda quedó totalmente tapiada y ahora sólo puede pasar los días en el techo de la misma, a la espera que las aguas del río terminen de bajar.

“Esto pasó en cuestiones de segundos, estaba lloviendo y en eso el río se desvió, estaba en mi habitación y salí al cuarto de mi madre, en lo que me tardé de la cama a la puerta de su cuarto ya teníamos tres metros y pico de agua, empezamos a nadar entre el lodo y agua y poco a poco con constancia y llenos de valor pudimos salir por una parte de un techo que se salió”.

Castro comentó que ha recibido la visita del alcalde Rafael Morales y la gobernadora Karina Carpio, “nos indicaron que van a realizar una evaluación, hemos tenido presencia policial, pero seguimos esperando, sabemos que en la parte de arriba fue peor, pero le damos gracias a Dios que en esta calle no hubo pérdidas humanas”.

Destacó que saben que pasará mucho tiempo para volver a la normalidad, “con la alimentación es gracias a las personas que pasan, nos traen agua y comida, estoy en mi casa durmiendo en el techo, en lo que me quedó y en algunos momentos dentro de mi carro, pero he estado pendiente de mi vivienda”.

Por último, Castro informó que uno de sus vehículos se los llevó el agua y al momento de buscarlo en la avenida principal, le habían quitado algunas partes, “lo importante es que estamos vivos, esta es una tentativa todavía de peligro, pero confiamos que pronto vamos a salir de esta situación”.

MÓNICA GOITIA | elsiglo
fotos | GOMAR COLMENARES