Las Tejerías sigue levantándose poco a poco

El equipo reporteril del diario elsiglo siguió este jueves en el despliegue por el municipio Santos Michelena, tras seis días de la terrible tragedia que arropó a esta parte de la región aragüeña, la noche del sábado 8 de octubre, cuando las fuerzas de las aguas acabaron con vidas, viviendas y gran cantidad de infraestructuras.

Los trabajos siguen

Y es que pese a que han pasado algunos días, los lugareños siguen apaciguando su dolor e impacto, trabajando por la vuelta a la normalidad de los espacios que los vieron crecer, todo esto acompañado de los miles de funcionarios, quienes incansablemente se han abocado a realizar arduos trabajos de limpieza, remoción, búsqueda y rescate.

En el recorrido por las calles afectadas, donde las jornadas de limpieza avanzan velozmente, se observó que las víctimas de este feroz fenómeno natural estaban recibiendo beneficios, tanto de los entes competentes como las organizaciones y fundaciones que se acercaron a favorecer, desde cada una de sus trincheras, llevándoles ropa, calzado, agua y comida.

Todo ello, sin dejar a un lado las dotaciones médicas, visitas para la realización de censo, colocación de vacunas, entrega de bolsas de comida, colchones, tal y como lo habían expresado las personalidades del Ejecutivo Nacional durante su visita a estos sectores.

“Fue muy feo, en mi casa, la cual perdí todo, el día de la tragedia sólo estaba mi hermano, pero gracias a Dios logramos sacarlo y llevárnoslos a un lugar seguro.

Los censos están siendo realizados

Desde ese momento nos fuimos y esperamos al siguiente día, cuando volvimos a nuestra casa a comenzar lo que hasta hoy estamos haciendo, tratar de recuperar lo que nos quedó. De verdad agradezco a los entes competentes por estar con nosotros, hemos recibido atención médica, vacunas, comida, agua y ya somos parte del censo. También destacamos la participación de las personas, fundaciones y organizaciones que se han puesto la mano en el corazón y nos han ayudado sin esperar nada a cambio”, expresó Pedro Gotas, residente del sector Castor Nieves Ríos.

De acuerdo con lo opinado por Gotas, su vecino Rafael Ochoa, quien residía en la barriada desde hace cinco años, agregó: “Gracias a Dios no estaba, porque no me fuese dado chance de salir, mi casa quedó tapiada, perdí todo. Ahora mismo estoy viviendo en casa de una familiar, pero de verdad es fuerte y más cuando hay tanta información negativa, de que esto va a continuar, porque vienen más lluvias. Sólo pido a las autoridades, quienes de verdad nos han ayudado que tomen cartas en el asunto y nos ayuden”.

Siendo así, que los tejerieños aunque muchos siguen buscando a sus familiares, están esperanzados y agradecidos por la atención que han recibido. Sin embargo, este panorama se vio un poco empañado la tarde de este miércoles, cuando nuevamente las precipitaciones llegaron a la entidad, poniéndolos a la expectativa.

Maryelis Quiñones, quien tenía su residencia en la calle Victoria, una de las más afectadas, en compañía de su hija, contó como el escuchar nuevamente esas gotas caer en el techo de donde se encuentra, se pone nerviosa, puesto que imaginó todo lo vivido aquel trágico sábado, cuando nuevamente volvió a nacer.

“Fue horrible, espantoso escuchar llover de nuevo, me puse a pensar en lo que me pasó, como perdí todo; yo veía como el agua arrasaba con mi casa, en un abrir y cerrar de ojos, parecía el fin del mundo. De verdad, que uno queda bastante afectado y a pesar de que somos atendidos desde el día uno, nos están trayendo comida, vacunas, medicinas. No puedo olvidar eso tan feo y que nos enlutó a todos.

De la misma forma, Anthony Torres, quien en sus labores de ayuda con sus vecinos, llegó a lo que fue la casa de uno de sus amigos, que como él perdieron su casa, mencionó: “Tengo 26 años viviendo en este mismo barrio, conociéndolos a todos y ayer (el miércoles) cuando llovió, sentí como se me regresó la película de todo lo que pasó el sábado, el nerviosismo, la desesperación de no saber qué hacer, ni cómo ayudar, se me revolvió el estómago, pero gracias a Dios estoy con mi esposa y mi hijo sanos y es lo importante, que lo demás es añadidura, porque hemos estado bien dentro de lo que cabe, nos han traído de todo un poquito, no es mucho, pero es lo que por ahora necesitamos, entre tanto todo se calma y podemos solucionar”.

Algunos lo perdieron todo

En nuestra senda investigativa también nos topamos con la señora Diana Hidalgo, quien para el momento tiene a su familia dividida en casa de sus familiares, ya que su vivienda, ubicada en la calle Miranda con La Hoyada, la calificaron como inhabitable por estar en zona de alto riesgo. Ella aseveró que ha sido un trance muy duro, pero del cual deben reponerse y salir adelante.

“Es muy triste todo lo que estamos pasando a consecuencia de las fuerzas naturales, gracias a Dios que yo logré salir cuando todavía había tiempo y sólo me quedó ir al siguiente día a ver mi casa o lo que quedó de ella. Han sido días muy duros y ayer (el miércoles) creo que experimenté en compañía de mi hija y mi esposo, un episodio de desesperación, porque comenzó a llover y las gotas yo sentía que eran muchísimas y mi único refugio fue orar y abrazar a mi hija que estaba llorando. Todavía queda miedo, queda expectativas. Sé que poco a poco vamos a salir adelante. Agradezco a los que nos han ayudado, ya creo que comprendimos que las ayuda si están, pero que sólo debemos dejar actuar a las autoridades, que al final es por nuestro bien”, puntualizó Hidalgo.

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En resumidas cuentas, los afectados del municipio Agroindustrial del eje Este siguen trabajando en conjunto con los equipos multidisciplinarios de limpieza, prevención, seguridad, rescate y más, para poder nuevamente tener a su terruño como en tiempos anteriores, claro está el pesar continúa, ya que son muchas familias las que tendrán un puesto vacío en sus mesas.

Además de agradecer y hacer un llamado a los entes competentes a que potencialicen en la medida de lo posible las conexiones telefónicas, pues así podrán estar más conectados con muchos familiares, quienes aún continúan pendiente de ellos.

DANIEL MELLADO | elsiglo