Brisas del Lago no encuentra rumbo hacia mejores tiempos

Los habitantes de Brisas del Lago ya sienten que el destino que les espera como comunidad es la desaparición, pues el lago por un lado, y la desidia gubernamental por el otro, nos les permiten ver futuro.

La falta de gobierno se percibe desde la entrada al sector: la caminería de la avenida Mérida se encuentra cubierta de monte, como testimonio de la falta de supervisión y poco afecto por parte de las autoridades locales hacia el sur de Maracay. No obstante fue ideado para el disfrute y la recreación, la caminería se ha convertido en una zona de riesgo para los residentes y transeúntes que se desplazan por estas áreas, especialmente de noche.

Las calles se han convertido en el reflejo de una zona de guerra: huecos, filtraciones, falta de lámparas para el alumbrado público y algo muy peculiar, zanjas hechas por los vecinos en las calles para orientar las aguas negras que se desbordan en diversos puntos de la comunidad.

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Otro de los problemas que aquejan a los habitantes de la otrora pujante comunidad, es la del transporte, ya que muchos autobuseros deben cambiar las rutas constantemente para sortear los huecos que adornan las vías principales del sector.

CONSOLIDADO EN LOS AÑOS 70

Ana Julia Silva llegó a Brisas del Lago a principio de los años 70. El sector prometía ser hogar de trabajadores, y comenzó prácticamente desde cero; “las calles eran de tierra cuando llegue aquí, viví la transformación de la comunidad hasta sus mejores momentos. El desarrollo que tuvo con el impacto industrial en los alrededores, en San Vicente, en La Hamaca y Campo Alegre, generaron prosperidad para los residentes; hoy solo es una triste mueca de lo que fue”, explicó la vecina.

A juicio de Silva, la comunidad pudiera estar mejor, donde los habitantes disfrutaran de una mejor calidad de vida; pero no hay voluntad política de parte de los gobernantes.

“Estamos abandonados, aquí hay obras inconclusas desde hace 8, 9 y hasta 10 años, las tuberías han venido colapsando de calle en calle y nadie se aboca a este tema, ya hay calles donde los olores no dejan vivir a los vecinos”, explicó la afectada.

Se refirió la vecina al tema del transporte: “Primero nos quitaron el autobús rojito, ahora los camioneteros de la ruta no se quieren meter por las calles por el mal estado de estas, lo único que le queda al pobre es caminar desde la avenida hasta nuestra casa”.

El tema de las aguas servidas es dramático en la comunidad, los trabajos que se han iniciado no se concluyeron y esto lo que hizo fue terminar de colapsar el sistema de cloacas que ahora se está desbordando en todo el sector.

AGUAS NEGRAS POR TODAS LAS CALLES

Desde la calle principal de la mencionada comunidad el panorama es deprimente, los pozos de aguas negras “decoran” cada esquina, los brotes de este desecho líquido abundan en las aceras y calles, el ambiente tiene un aroma nauseabundo, al cual ya se han acostumbrado los habitantes.

Jorge González, comerciante del sector, explicó que la capa asfáltica está colapsada y el gobierno o los contratistas de la gobernación lo que hacen es venir a tomarse fotos en los huecos como si estuvieran trabajando.

“En días pasados vino un equipo de la alcaldía con el hidrojet, y después de evaluar la situación de las aguas determinaron que no podían usar el equipo; se tomaron las fotos como si estuvieran trabajando y se fueron sin decir nada”, recordó González.

Añadió el vecino, que esta situación ha afectado a todos los residentes, hay colegios, donde los niños no pueden ver clases por los olores que se filtran a los salones.

ACOSTUMBRADO A LOS PROBLEMAS

Para Julio Miranda, vecino del sector, estos problemas tienen muchos años, y por lo que se ve nadie los quiere resolver: “Aquí vinieron y comenzaron una reparación de tuberías, hicieron el trabajo al revés, quedó peor de como estaba al principio. Ahora toda la calle se filtra y nadie da respuesta”, destacó.

En cuanto al alumbrado público, las calles por las noches están a oscuras, las lámparas se quedaron sin bombillo desde hace mucho tiempo y ningún ente se acerca a tratar de mejorar estos problemas.

En la actualidad el tema del alumbrado no solo afecta por la inseguridad que genera la oscuridad, también incide en los vecinos que trabajan hasta tarde y al llegar a la calle principal deben caminar por esta oscurana hasta su residencia.

“Cómo es posible que el Gobierno vino y abrió la calle Sucre, frente a los colegios Juan Ramón Baquero y el colegio La Creación, y hayan dejado la calle como un colador, donde el monte ha comenzado a crecer en la zanja, proliferando mosquitos, animales y dejando inutilizada la calle”, señaló Miranda.

De igual forma, los vecinos denunciaron el mal estado de estas instituciones educativas, que no cuentan con alumbrado perimetral, y las edificaciones requieren atención para garantizar que los niños puedan recibir clases en lugares idóneos.

Por último hicieron un llamado a las autoridades regionales y municipales a que hagan un despliegue social y evalúen estas condiciones en las que viven muchos maracayeros, donde la calidad de vida no existe.

MAURICIO BOLÍVAR | elsiglo