Un joven aragüeño perdió la vida cuando intentaba cruzar la selva de Darién, un inhóspito sendero que separa a Colombia de Panamá, con el propósito de buscar un futuro mejor; él, se había propuesto establecerse en Norteamérica.
El muchacho, Gabriel Ignacio Guevara Sulbarán, según la información que maneja su familia, falleció como consecuencia de un infarto.
Sus más cercanos parientes y amigos lo llamaban “Gabo”, quien se ganó el aprecio de todas y todos, principalmente por su forma de ser, de respaldar a quien lo necesitara incondicionalmente, sin pedir nada a cambio, especialmente en los momentos más difíciles.
Guevara Sulbarán residió junto a su esposa, hija y progenitora en Residencias El Centro en Maracay. Luego de varias conversaciones con amigos de la infancia (vivió en el sur de la ciudad, específicamente en Los Samanes), decidieron viajar a EE.UU; la idea se convirtió en varias semanas de planificación, porque asimilaron que la cruzada no sería fácil.
Aunque no se conoce con precisión la fecha de salida de Venezuela, algunos de sus conocidos presumen que emprendieron camino después del cinco de julio. El itinerario tampoco ha sido confirmado, pero sus allegados argumentan que comenzó desde Ecuador, país donde se había establecido.
Se estima llegaron al golfo de Urabá, abordaron una lancha que los llevó desde Necoclí en Antioquia hasta Capurganá, llegando a un sector de la jungla, sitio que inició la travesía del Darién.
El último contacto de sus familiares con “Gabo” fue el 14 de julio. De acuerdo a sus parientes, ese día iba entrando al “Tapón” de la selva, por lo que se perdió la comunicación.
Esperaban noticias de Guevara Sulbarán desde el 18J, pero nada ocurría, hasta el miércoles 20, cuando recibieron la fatídica información que él había muerto.
Su familia ha manifestado que harán todo el esfuerzo por repatriar el cuerpo de Gabriel Ignacio, aunque saben que es difícil por las condiciones del terreno; “los fallecidos son enterrados en la zona”, aseguran quienes tienen la experiencia de cruzar la selva.
RELATOS
Todo Noticias, un medio de comunicación argentino, ha tomado varios relatos de migrantes venezolanos que lograron cruzar la selva del Darién, narrando sus experiencias durante su recorrido para llegar a Estados Unidos.
“Hubo una niña que murió y los papás se ahorcaron, una niña que se la llevó el río; una cantidad de personas que se murieron, hubiésemos sido nosotros. (…) No pensamos que era algo tan feo como eso que vivimos. No hallaba la hora de salir de esa selva”, expresó, narró una venezolana, quien aseguró que vio muchos cadáveres en el camino.
Otras personas detallaron que los “guías” los dejaron abandonados durante el tercer día que recorrían la selva. Estuvieron perdidos por tres horas, hasta que consiguieron ayuda.
“No lo hagan, no arriesguen sus vidas. (…) En los cuatros días tú piensas que te vas a morir”, comentó una pareja que hicieron un recorrido por este lugar con su pequeña hija.
Un joven migrante le hizo algunas recomendaciones a las personas, donde apuntó que no recorrieran la selva con niños: “Caminamos sin comida, sin agua, veíamos negro de no tener alimento y caminar. Piénselo bien, no se vengan con sus hijos. No es fácil”, comentó.
TRAYECTO
Según reportes no oficiales, se estima que 71 % de los migrantes que han cruzado la selva del Darién desde enero de 2022 son de nacionalidad venezolana. Sin embargo, quienes logran atravesar la jungla llegan a las estaciones migratorias en malas condiciones de salud, muchos de ellos con heridas por caídas, picadas de insectos o animales ponzoñosos, algunos también reportan diarreas tras consumir el agua de los ríos, desnutrición y deshidratación.
Estos factores junto con el peligro que representa la corriente de los ríos y los grupos criminales que habitan dentro de la jungla son algunos de los motivos por lo que también hay un porcentaje de migrantes que fallecen en el trayecto.
HBRI. | elsiglo
