La venta de chicharrones en el municipio Libertador eran un punto de encuentro para aquellos amantes de este producto proveniente del cochino, ya que en la principal de Los Hornos había una gran cantidad de restaurantes que lo ofrecían en diversas presentaciones.
Hoy el panorama es distinto, de esa gran cantidad de establecimientos que vivían no sólo del chicharrón, sino también de la venta de sopa, cachapa y quesos, las cuales con el pasar de los años han ido bajando sus santamarías.
Una de las que aún se han resistido a cerrar sus puertas está ubicada en esta populosa comunidad en la carretera que conduce a la población de Magdaleno, este establecimiento tiene más de 10 años prestando el servicio de venta de comida a los más exigentes comensales que son amantes de todos los productos derivados del cochino.
Javier Enrique Niño, es el encargado de este restaurante, quien señaló que antes de la llegada de la pandemia las ventas comenzaron a bajar, debido al bajo poder adquisitivo que tienen los venezolanos.
“Hay días que no vendemos ni un kilo de chicharrón cuando antes esto era una feria, de hecho los dueños están pensando en cerrar el local, porque con las ventas tan bajas no se pueden cubrir muchas veces los gastos internos del local”, destacó.
Niño dijo que todos los días se encomienda a Dios para que se vaya mejorando la situación y no cierren sus puertas, “nosotros estamos conscientes de que en la actualidad todo es un dineral, pero debemos seguir batallando”.
