La primera reunión que celebraron conjuntamente Turquía, Suecia, Finlandia y la OTAN para tratar de desbloquear el veto de Ankara a la entrada de los países nórdicos en la Alianza terminó este lunes sin acuerdo.
No obstante, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tildó de «constructivo» el encuentro «sobre las históricas solicitudes de ingreso en la OTAN presentadas por Finlandia y Suecia», que los aliados tratarán en la cumbre de la semana que viene en Madrid.
«La adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN haría más fuerte a la Alianza y más segura a toda la zona euroatlántica. Turquía tiene preocupaciones legítimas de seguridad sobre el terrorismo que debemos abordar. Así que continuaremos nuestras conversaciones (…) y espero encontrar una forma de avanzar lo antes posible», incidió.
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Antecendente del veto de la OTAN
Finlandia y Suecia han solicitado la entrada en la OTAN tras la invasión rusa de Ucrania, pero el proceso de adhesión se ha complicado porque Turquía, miembro de la Alianza, acusa a Helsinki y sobre todo a Estocolmo de mantener una política de acogida de militantes kurdos, a los que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusa de terroristas
Los treinta miembros actuales de la organización transatlántica deben respaldar por unanimidad la entrada de nuevos países; por lo que se necesita el visto bueno de Ankara.
Stoltenberg no considera que la cumbre de líderes aliados entre el 28 y el 30 de junio en Madrid sea «una fecha límite», aunque si Ankara da su visto bueno a la entrada de Suecia y Finlandia; los dos países participarían en la cumbre como «invitados» oficialmente a entrar en la Alianza.
El estatus de «invitados» les permitiría participar en todas las reuniones de la OTAN pero aún no estarían cubiertos por el artículo 5 de defensa colectiva; que solo llegaría con la ratificación de la adhesión a nivel nacional de los 30 aliados.
Además de las solicitudes de entrada de Suecia y Finlandia, la agresión rusa contra Ucrania ya ha motivado que la Alianza vaya a duplicar sus batallones en países del flanco este hasta llegar a ocho; y que los aliados hayan puesto bajo mando de la OTAN a más de 40.000 militares.