300 años de ideales y hechos históricos

Hablar de Villa de Cura es adentrarse en una ciudad llena de historia, cultura, tradición y figuras memorables, que repercutieron en nuestra nación tanto en lo político, económico como en lo social, y hasta en lo artístico.

Esta población con 448 kilómetros cuadrados, llamada también como Villa de San Luis de Cura, cumple 300 años de un hito fundamental, su reafirmación como poblado en el año 1722, en el ya muy lejano siglo 18.

Según lo relatado por el cronista Antonio Cabanilla Yépez, el génesis de la población, desde el denominado sitio de Cura, hasta ser ciudad, fue progresivo, o sea que tomó varios años, comenzando en 1717.

“Son los 300 años de ratificación o confirmación de la fundación de Villa de Cura, popularmente conocido como el Día de la Villa”, indicó con seguridad el cronista villacurano.

Cabanilla Yépez destacó que cada 25 de mayo, los habitantes de esta populosa e histórica ciudad aragüeña celebran con una gran fiesta esta importante efeméride.

La fecha, destacó el cronista- “nos invita entonces a pasearnos por la historia en cuanto a la dinámica que ha tenido esta ciudad histórica, cultural, artesanal, deportiva, cargada de un rico proceso histórico, con sus contribuciones al desarrollo histórico de la nación”.

UNA PARTIDA DE NACIMIENTO BASTANTE PELEADA

De acuerdo a lo relatado por Cabanilla, a mediados del siglo XVI hubo varias corrientes colonizadoras en los valles de Aragua. Una con Garci González de Silva, que cubrió entre 1592 y 1594 desde Cagua y hasta San Juan de los Marros. La otra corriente, con Martín de Gámez, quien invadió los terrenos de La Victoria, El Consejo, Pao de Zárate, Guacamaya, llegando a cerca de San Juan de los Morros, asentándose en los Valles de Tucutunemo.

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“Es interesante entender que las naciones aborígenes originarias se instalaron en torno a los grandes ríos que bordean la ciudad, caso de Tucutunemo, caso del río La Mina, y caso del río Guárico”, dijo Cabanilla. Aseguró igualmente que es verídica la explicación sobre el paso de los aborígenes con el hallazgo de petroglifos en la zona, especialmente en su tránsito hacia San Juan de los Morros.

En el caso concreto de Villa de Cura, Cabanilla continúa explicando que el abuelo paterno de Simón Bolívar, Juan de Bolívar y Martínez de Villegas, sigue otra corriente colonizadora. Ocupa y compra unas tierras, que poco después van a ser referencia geográfica como el sitio de Cura.

“Este ilustre fundador de nuestra ciudad se empeñó en la fundación de una villa de españoles. Recordemos que desde el punto de vista de la legislación colonial, teníamos dentro del aspecto territorial el tema de la ciudad. La ciudad era la máxima jerarquía en cuanto a estructura espacial de la colonia”.

Conocedor del proceso colonial, Martínez de Villegas quiso edificar una ciudad similar a San Sebastián de los Reyes, poblada solamente por ibéricos. En tal sentido, el 6 de marzo de 1717, solicita ante el gobernador Marco Francisco de Betancourt y Castro la autorización para fundar la mencionada villa colonial española.

“De acuerdo a las Leyes de Indias, el fundador tenía que demostrar que habían condiciones espaciales y geográficas para fundar la villa, en ese sentido, el gobernador manda una inspección sobre estos terrenos, para ver si reunían las condiciones. Una vez hecha esta inspección, el 19 de julio de 1717 se autoriza al fundador iniciar el proceso para fundar la villa con el nombre de Villa de San Luis de Cura, es decir, en este momento ante la historia universal nace Villa de Cura”. Pero desde el punto de vista legal colonial, todavía no era reconocida por la Corona Española como tal.

Según el cronista, no fue fácil la obtención del acta de nacimiento definitiva, de hecho, dicho proceso se extendió hasta 1722, ya que al parecer la solicitud fue bloqueada por el cura doctrinero de la ciudad de Cagua.

“Él se opone tercamente a la fundación de la villa, e intenta sabotear la fundación, alegando que eso perjudicaba a la feligresía de la iglesia de Cagua, hasta que un día en 1718, por sentencia de la Real Audiencia se le otorga la potestad al fundador, Juan de Bolívar y Martínez de Villegas, de seguir el proceso fundacional. Se derrota de esa forma el esfuerzo de evitar la ratificación de Villa de Cura como ente citadino.

Ya para ese año, el pueblo cuenta con Iglesia, párroco y una estructura eclesiástica. Cuatro años después, exactamente el 25 de mayo 1722, el rey Felipe V autoriza, confirma y ratifica la fundación de Villa de San Luis de Cura. Hecho histórico del cual se cumplen hoy 300 años.

EPICENTRO HISTÓRICO

Cabanilla destacó que Villa de Cura llevó un proceso histórico bastante peculiar, en comparación a otras zonas de Aragua, ya que su principal motor de riqueza no ha sido la capacidad productiva o por ser un centro manufacturero, sino su posición geográfica, que da acceso y comunicación con el centro y los llanos de Venezuela.

“Esta situación geográfica, particular y privilegiada, en la cual no dudamos que es su principal riqueza, su principal recurso, le permitió convertirse entre el siglo XVII y XIX y principio del siglo XX en capital económica del Llano, desarrollando un área de influencia, que llega hasta más allá que el río Cunaviche, en una poderosa influencia comercial económica”, destaca el cronista.

El punto central de Villa de Cura como capital económica es su ubicación, una localidad ideal para realizar intercambios comerciales. Con el transcurrir de los años nacieron casas de comerciales, que redistribuían los víveres hacia los llanos y recibía el producto agrícola y pecuario de la región llanera.

“Recordamos que se recibía el ganado desde el Llano, se quedaban en La Villa, donde se apacentaban y de aquí se distribuía hacia los mercados del centro Maracay, Valencia, Miranda y Caracas”, acotó.

Cabanilla comenta que gracias a esa posición tuvo esa situación privilegiada hasta la década de los cuarenta del siglo 20, con la llegada del modelo petrolero. “Villa de Cura deja de ser una localidad de escala, a ser una localidad de paso con el sistema de transporte, por la autopista y esa dinámica, esa influencia que tenía hacia el llano desaparece, y se va convertir en una pequeña área de influencia”, indica el cronista.

EN LAS GUERRAS EMANCIPADORAS

En este mismo contexto, el historiador relata que Villa de Cura se convirtió en epicentro de grandes acontecimientos históricos en Venezuela, específicamente tres batallas independentistas, y la insurrección campesina de la segunda mitad del siglo XIX.

“Esta es una ciudad de una gran riqueza histórica extraordinaria, aparte de la presencia del fundador, que es abuelo paterno de Simón, Bolívar, Juan de Bolívar y Martínez de Villegas. Tenemos el caso que aquí se desarrollaron las dos batallas de La Puerta, dos batallas que la patria perdió en 1814”.

Sin embargo, relata que el 31 de marzo de ese mismo año, el Ejército Libertador de Oriente le propina en el sitio de Boca Chica, la cuarta derrota, nada más y nada menos que a las fuerzas llaneras del coronel José Tomás Boves.

Igualmente es de señalar que en esta tierra estuvo el General del Pueblo Soberano, Ezequiel Zamora Correa, “quien regentó su pulpería, ubicada al final de la calle Bolívar, donde comenzó a germinar su idea de redención social, a favor de los humildes y los explotados”, explicó. Es así como Villa de Cura nuevamente tiene influencia en la historia del país, pues Zamora lidera en 1846 la denominada Guerras Federal, la cual nacido como ideal en Villa de Cura.

FINAL DE LA ERA DE ORO

A finales del siglo XIX, Villa de Cura fue la cabeza del Gran Estado de Guzmán Blanco; con una densidad demográfica de aproximadamente 500 mil habitantes, abarcando cuatro entidades de lo que es hoy Aragua, Guárico y Miranda, un apéndice insular, que era Nueva Esparta.

“Y eso no es cualquier cosa, no es un regalo, eso es precisamente interpretando la dinámica, de la importancia que tenía Villa de Cura como emporio económico, su razón privilegiada y su posición geográfica extraordinaria. Posteriormente, pasó a convertirse en capital del Gran Estado Miranda, siempre en su condición de ciudad pujante y eje de la territorialidad del centro del país.

El cronista aseguró que después en el siglo XX, Villa de Cura comenzó a perder relevancia entre las ciudades venezolanas, ya que con la desintegración del estado Guzmán Blanco y el Gran Estado Miranda, su paso a ser solamente “una ciudad de paso”.

Afirmó que evidentemente, el inicio de la era petrolera modificó la dinámica económica del país, por lo que la localidad comenzó a perder relevancia, en especial la económica, pero aún así manteniendo su productividad agrícola.

Sin embargo, según Cabanilla Yépez la zona comenzó a tener un crecimiento desproporcionado en cuanto a su densidad poblacional, aumentando vertiginosamente la pobreza en los años de la Cuarta República.

EN CADA RINCÓN SE REFLEJA SU HISTORIA

En cada rincón de Villa de Cura, existen sitios y lugares emblemáticos, donde se han originado vivencias y situaciones que han marcado el antes y el después en la historia de la República.

Como bien se sabe, en estos espacios se realizaron batalles independentistas, y la localidad fue el epicentro de la Guerra federal que cambió a Venezuela, bajo el liderazgo de Ezequiel Zamora.

Efectivamente, desde Valles de Tucutunemo y hasta Los Tanques; esta tricentenaria parroquia está llena de recuerdos, de tiempos gloriosos y de instituciones que han nacido y crecido con su aporte fundamental a la cultura villacurana.

DE CASA DE ODIO A HOGAR DE FE

Entre los lugares más emblemáticos de Villa de Cura está la residencia de estilo colonial donde vivía un icónico personaje, José Tomás Boves, la cual tuvo un paso prácticamente sublime, entre casa de odio y hogar de fe.

Con su perfil histórico de personaje déspota, Boves era acusado de tratos crueles contra todo aquel que se revelara contra la Corona Española, pero con el devenir del tiempo, su casa se convirtió en hogar del Santo Sepulcro, un santuario de fe y espiritualidad.

Se trata de una infraestructura ubicada al final de la avenida Bolívar, construida en el siglo XVIII. Según historiadores, en dicha casa existían túneles secretos a través de los cuales Boves escapaba cuando los patriotas atacaban.

De acuerdo al encargado de este santuario, Marco Leal Ceballos, la también llamada Casa Grande fue construida en el año 1772. Destaca que para el año 1818, el propietario, Juan Manuel de los Ríos, transfiere parte de su herencia a la iglesia.

“Este es el mayor signo de la villacunaridad; aquí nos reunimos todo el pueblo de Villa de Cura y los que vienen más allá de sus confines y otras parte de Venezuela y el mundo, a venerar la manifestación cultural del Santo Sepulcro”, explicó.

IGLESIA MATRIZ SAN LUIS REY DE FRANCIA

Según la historia; esta iglesia data del año 1722, es decir que también es Tricentenaria; y obviamente, ha sido sede de eventos de enorme importancia para el país durante la época de oro, mientras que en la era contemporánea ha sido el sitio al cual se dirige la imagen del Santo Sepulcro en procesión.

A parte de ser el panteón de varios párrocos de esa localidad; se dice que allí reposaban los restos del Juan de Dios Agraz, quien fue edecán y primera corneta de órdenes del “Libertador” Simón Bolívar, por lo que este templo está también cargado de muchos misterios, propios de una edificación de tan vetusta data.

El 1960 fue declarado monumento nacional por su hermosa estructura colonial.

PLAZA MIRANDA

Es la plaza más antigua, pues está ligada a su fundación. Se encuentra en pleno centro de la ciudad y frente la Iglesia Matriz San Luis Rey de Francia, adornada por la figura de Francisco de Miranda.

De acuerdo a lo recopilado en los archivos históricos del estado Aragua; se le llama plaza Miranda a partir del año 1895; con base en el proyecto de construcción de un monumento en honor al prócer de la patria, Francisco de Miranda. Coincidió además con la importancia de Villa de Cura en aquella época, ya que para ese entonces era la capital del Gran Estado Miranda.

PLAZA BOLÍVAR

En el año 1930; el escultor Felipe Aular realizó un busto en homenaje del centenario del Natalicio de Simón Bolívar; siendo esta la fecha de nacimiento de ese espacio de esparcimiento, ubicado al oeste de Villa de Cura.

No obstante, para el 25 de agosto del 1973; el presidente de la República Rafael Caldera, en compañía del ministro de Educación de la época, Héctor Hernández Carabaño, oriundo de Villa de Cura, procede a inaugurar oficialmente la Plaza Bolívar, ya contando con estatua del Libertador.

EL CALVARIO

Otro de los lugares emblemáticos de Villa de Cura es El Calvario, sitio de peregrinación para los creyentes de la Virgen de los Lourdes. La capilla que recibía esas peregrinaciones ya no existe.

Este lugar está ubicado la calle Rafael Bolívar Coronado, y por la parte sur de la loma conecta con la calle Rivas Castillo. En la cima también se encuentra un anfiteatro y desde allí se puede apreciar parte del centro villacurano.

En ocasiones, sus 70 escalones son usados por personas que hacen ejercicios, o por deportistas que usan los peldaños para fortalecer sus destrezas.

BIBLIOTECA Y MUSEO DE LA TRADICIÓN

A partir del 23 de julio de 1975; los villacuranos comenzaron a contar con una bibliotea pública, llamada “Ezequiel Zamora”, la cual actualmente alberga el Museo Inocencio Ultrera.

En este recinto de conocimiento e historia; resguarda antigüedades del pasado de Villa de Cura, como el acta fundacional de la ciudad, armamentos usados en la Guerra Federal, colecciones de fotografía, artefacto y demás artículos de la época.

Asimismo, en otros tiempos fue un importante centro para el aprendizaje de los habitantes de esta parroquia, donde acudían cuando necesitaban realizar sus tareas.
De acuerdo al coordinador de este lugar, Alexis Acosta, el museo tiene 15 años de haberse fundado, mientras que la biblioteca cumplirá año 47 años.

“Pudieron darse cuenta que hay pasos de la historia aquí en este lugar; nosotros tenemos muestras de aborígenes autóctonos dentro de Villa de Cura o de la tribu Cumanagoto y Caribe”, relató al realizar una visita guiada a este espacio histórico.

UEE “LEOPOLDO TOSTA”

Fundada en el año 1938; la tradicional escuela Leopoldo Tosta ha sido cuna de grandes villacuranos que, a lo largo de los años han dado forma al gentilicio.

Cabe recordar que el año 1939 es designado el maestro Aníbal Castillo Rodríguez; como el primer director de esta institución, quien sentó las bases sólidas de este plantel, para luego dedicarse al desarrollo del tema magisterial en el estado y a dirigir otras escuelas de renombre como República de México y Trino Celis Ríos.

EL ARTE DE LA TALABARTERIA

Según historiadores, la talabartería, o el arte de hacer manualidades con el cuero; ha sido parte del gentilicio villacurano, ya que desde su fundación los pobladores se han especializado en la confección de piezas de este noble material de origen animal.

De acuerdo a varias investigaciones, en 1925; Francisco Pérez Rodríguez constituyó la primera escuela de talabartería; siendo este el impulso inicial de este negocio en esta localidad aragüeña.

A pesar de que actualmente no sea tan popular como en años anteriores; la talabartería es la actividad comercial por excelencia de la Villa, pasando a ser negocios emblemáticos del municipio Zamora.

ASILO SANTO DOMINGO

Este importante recinto fue inaugurado en el año 1.902 por el padre Dr. José M. Jiménez y la Congregación de Nuestra Señora de Lourdes, pero en años anteriores era sede del primer hospital de Villa de Cura.

De acuerdo a la encargada de este lugar, al cura Jiménez le fueron asignadas estas tierras para que la usara en beneficio de la iglesia. Y como se trataba de una edificación asistencial, se tomó la decisión de mantener su uso, pero ahora enfocado en la asistencia geriátrica.

Por tal motivo; la Congregación de Nuestra Señora de Lourdes; que fue fundada por el padre Jiménez; se dedicó a crear el asilo y así colaborar por el bienestar de los adultos mayores.

LINO HIDALGO | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA