La chatarra, el oro de los pobres a los que acusan de mafiosos en Venezuela

Génderson aguarda en la orilla de una cañada de la ciudad de Maracaibo a que una máquina remueva la mayor cantidad de desechos en este insalubre lugar. Entonces, será su turno y se sumergirá en la pestilencia para buscar chatarra, el oro de los pobres a los que ahora acusan de mafiosos en Venezuela.

la chatarra en Venezuela
Cortesía: El Nacional

En esta zona petrolera, capital del oro rico estado Zulia, decenas de jóvenes como Génderson buscan cada día entre la basura algunas piezas de chatarra para vender en chatarrerías y hacerse con unos dólares que les permitan alimentar a sus familias y, así, reunir fuerzas para repetir la faena al día siguiente.

La venta de chatarra, que ha existido durante un siglo en Venezuela, se ha disparado en los últimos meses, por lo que las autoridades encendieron las alarmas y comenzaron a buscar a desvalijadores que, para vender metales, están destrozando bienes públicos y, con ello, perjudicando la imagen de los chatarreros.

Mientras tanto, Génderson, que no conoce otro oficio desde los 13 años de edad, ahora con 22, sale cada día a buscar entre los desperdicios sin sentirse un criminal. “Uno se ayuda con eso”, dice parcamente.

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La chatarra en Venezuela y las mafias

En Maracaibo, la venta de chatarra pasó de ser una modalidad a una perversión. Así lo considera el alcalde de esa ciudad, Rafael Ramírez, quien marca diferencias entre los habituales recolectores urbanos y quienes roban material en instalaciones públicas o privadas.

Incluso quienes solo buscan entre la basura están generando un problema a la ciudad pues, explica, se aglomeran tantos durante las limpiezas de cañadas que realiza la Alcaldía que terminan por interrumpir o prohibir la continuidad de estos trabajos. Debido a ello, las jornadas están siendo custodiadas por los cuerpos policiales.

Por otro lado, están los que sustraen tapas de alcantarillas o desarman barandas en vías públicas poniendo en riesgo la seguridad de las personas. La Alcaldía sabe que estos hechos ocurren pero no ha capturado a nadie en flagrancia.

FUENTE: EFE