Le Pen se reclama jefa de la oposición pero la izquierda la puede relegar

Marine Le Pen se esfuerza en erigirse como jefa de la oposición a Emmanuel Macron a cuatro semanas de unas elecciones legislativas en las que los sondeos señalan que la nueva coalición de izquierda formará el primer gran bloque frente al presidente, lo que la puede relegar a un tercer plano en la Asamblea.

Le Pen jefa de la oposición
FOTO: CORTESÍA

Tanto la propia Le Pen como Jordan Bardella, presidente de su partido, la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), insistieron este miércoles en atacar al que se ha convertido en su gran rival de cara a esos comicios del 12 y el 19 de junio: el líder de la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES), Jean-Luc Mélenchon.

Coincidiendo con la divulgación de los nombres de los 569 candidatos que van a presentar para los 577 escaños de la Asamblea Nacional que están en juego, los dardos de ambos se dirigieron no hacia Macron sino hacia Mélenchon, que desde la semana pasada ha puesto tras de sí no solo a su partido, La Francia Insumisa (LFI), sino también a ecologistas, socialistas y comunistas.

Bardella quitó importancia, en conferencia de prensa, a la hipótesis de que la NUPES consiga un resultado mucho mejor que el suyo. Aseguró que no lo consideraría una derrota y, sobre todo, afirmó que Le Pen será “de facto” la jefa de la oposición en cualquier caso.

“LA ÚNICA OPOSICIÓN A MACRON”

Por si no estuviera suficientemente claro, el lema de campaña del RN es “La única oposición a Macron”. Ella misma repitió ese mantra en una entrevista en la emisora de radio RTL, en la que dijo que la pretensión de Mélenchon de convertirse en primer ministro ganando las legislativas “es una estafa política”.

Para su lugarteniente, esa pretensión es “un engaño a los franceses” porque considera que, tras el triunfo de Macron en las presidenciales de abril, lo que está en cuestión en las legislativas no es si conseguirá una mayoría en la cámara baja, sino solo “cuál será la oposición” en los próximos cinco años.

Pero más allá de esa constatación, lo cierto es que los institutos demoscópicos dibujan un escenario que puede más que comprometer el papel que pretende arrogarse la líder de la extrema derecha francesa.

Según un sondeo realizado del 5 al 9 de mayo y publicado por el diario Les Echos, el bloque de Macron conseguirá la mayoría absoluta con entre 310 y 350 diputados, y en segunda posición quedará la NUPES con entre 135 y 165, muy por delante de la coalición de los conservadores, liderada por Los Republicanos, con entre 50 y 70 escaños.

La AN, que tiene únicamente 7 diputados en la Asamblea saliente, una vez más se vería claramente lastrada por el sistema de elección mayoritario en las legislativas y por la falta de aliados para la segunda vuelta, y tendría que conformarse con entre 20 y 40 escaños.

EL RIESGO DE UN RESULTADO MÁS QUE DISCRETO

Es decir, un resultado más que discreto teniendo en cuenta que Le Pen obtuvo un 23,15 % de los votos en la primera vuelta de las presidenciales el 10 de abril y dos semanas después en su duelo con Macron en la segunda vuelta llegó a un marcador récord para la extrema derecha en Francia: el 41,5 %.

Pese a esa situación de debilidad, Le Pen y su partido rechazan la idea de una alianza con Éric Zemmour; otro candidato ultraderechista en las presidenciales, que reunió poco más del 7 % de los sufragios.

“No quiero traicionar a mis electores”, lo justificó la jefa del RN; después de explicar que muchos de los que van en las listas de Zemmour están a favor de la reforma de las pensiones que está en el programa de Macron para subir la edad mínima de jubilación de 62 a 65 años; cuando ella lo que quiere es permitir bajar esa edad a los 60 para los que empezaron a trabajar antes de los 20 años.

Bardella también ahondó en esa línea con el argumento de que hay diferencias ideológicas relevantes porque la RN “no es de derechas ni de izquierdas” sino “de Francia”.

Pero al mismo tiempo, no se privó de pedir el voto a los electores de Zemmour; haciendo hincapié en que éste no tiene posibilidades de calificar a sus candidatos para la segunda vuelta y en que si él mismo no ha decidido; al menos por el momento, presentarse a las legislativas es porque teme que “va a darse un batacazo“.

FUENTE: EFE