Como un tornado que arrasa todo a su paso; Ja Morant maravilló este martes con 47 puntos para rendir a unos Golden State Warriors negados en el triple y darle a los Memphis Grizzlies su primera victoria (106-101) en esta semifinal del Oeste (1-1).
El revoltoso y deslumbrante base fue la gran figura de un partido espeso, extraño; de poco acierto pese al arsenal ofensivo de ambos equipos y que no se decidió hasta el último minuto.
Morant logró 47 puntos, 8 rebotes, 8 asistencias y 3 robos y pareció un superhéroe en el desenlace del duelo; cuando se echó a los Grizzlies a su espalda hasta meter de forma alucinante los últimos 15 puntos de su equipo en el encuentro.
Frente al recital de la joven estrella de Memphis; los Warriors tuvieron una noche para el olvido desde el perímetro con un espantoso 7 de 38 en triples (18,4 %).
Aun así, el oficio y el orgullo de campeón de estos Warriors veteranos de mil guerras les permitió llegar a la recta final con opciones de llevarse la victoria gracias a un Stephen Curry que fue de menos a más (27 puntos; 9 rebotes y 8 asistencias).
El mejor ejemplo de la deslucida actuación de los Warriors fue Klay Thompson; que acabó con 12 puntos tras 5 de 19 en tiros.
La serie viaja ahora a San Francisco; donde el sábado se jugará el tercer partido y el lunes se disputará el cuarto.
MORANT EMERGE EN EL CAOS
El segundo encuentro tuvo un arranque volcánico.
Con menos de tres minutos jugados; Brooks fue expulsado con una flagrante de tipo 2 tras un salvaje y muy peligroso golpe en la cara a Payton cuando éste intentaba entrar a canasta.
Payton se hizo daño en el codo al caer y ya no pudo regresar al partido.
Poco después, Green, que fue expulsado de forma controvertida en el primer partido; recibió un codazo de Tillman y no volvió a la pista hasta el segundo parcial.
Al margen de todas esas turbulencias; el primer cuarto vivió un vistoso duelo anotador entre Morant (14 puntos) y Curry (11 puntos) que situó a los Grizzlies por delante (33-25).
Un sensacional mate de Wiggins sobre Clarke confirmó el rearme en el segundo parcial de los Warriors, mucho más activos y dinámicos en ataque (37-36 con 8.46 para el descanso).
Los Warriors tuvieron opciones para ponerse por delante; pero los Grizzlies resistieron con transiciones vertiginosas y con un Morant desatado, que primero se lució con un mate ante la mirada de Thompson y después regaló una increíble canasta en la que pareció cancelar la gravedad por un instante (56-51).
Dos aspectos destacaron negativamente en los Warriors tras los dos primeros cuartos: sus 11 pérdidas de balón y su 4 de 18 en triples.
Sin puntería desde el exterior, los de Steve Kerr trataron de crecer desde la defensa; pero sus problemas para cerrar el rebote dificultaban cualquier proyecto de remontada.
Memphis tenía todo de cara para marcharse en el marcador y, sin embargo; tampoco lo aprovechó así que los Warriors agradecieron la cortesía y llegaron muy vivos al cuarto definitivo con más lucha que brillo (77-77) tras un parcial de 3-13 en los últimos cinco minutos.
Los Grizzlies daban la sensación de estar fatigados física y mentalmente; pero dos triples seguidos de Williams les dieron muchísimo oxígeno.
Entonces parecieron despertar los Warriors; con Curry y Wiggins tirando del carro ante unos Grizzlies encomendados al cien por cien a la magia de Morant.
No hizo falta nada más.
El base dio un recital en los últimos cinco minutos; con 15 puntos seguidos encadenando triples con penetraciones imposibles, y dejó sin palabras a una defensa de los Warriors inerme ante el brutal talento de Morant.