Mujeres de Argentina pusieron en marcha un emprendimiento de jabonería artesanal que es amigable con el medioambiente, al confeccionar jabón con productos reciclados como el aceite de cocina.
La iniciativa, que surgió durante la pandemia de la COVID-19, está encabezada por Nadia Strier, quien explicó a Xinhua los detalles de la idea, la cual destaca por su compromiso con la economía verde y circular.
«Es un proyecto de jabonería artesanal que empezó como un proyecto en pandemia, primero mío, y después se sumó Lucía Converti», contó Strier.
La iniciativa, denominada «Simplemente Jabón», ha logrado gran aceptación en el país, y cuenta ya con pedidos minoristas y mayoristas en todo el territorio.
El centro de operaciones del emprendimiento se ubica en la Avenida Corrientes 3721, en el barrio de Almagro, Buenos Aires, lugar donde funcionaba un centro cultural que Strier encabezaba y que debió cerrar por la pandemia.
Uno de los principales productos para la confección de los jabones es el aceite de cocina.
«El aceite es tremendamente contaminante y se consume muchísimo en Argentina. Eso se va directamente a las cloacas», lamentó Strier.
Eso se soluciona, dijo, con puntos de recolección para que la gente lleve su aceite en lugar de desecharlo.
«Tenemos dos puntos de acopio, uno en el barrio de Almagro y uno en el barrio de Palermo. La gente va con su frasco, vuelca su aceite usado y se va con su envase, gestiona su propio envase. Hacemos la recolección, lo filtramos y procesamos», detalló la mujer.
La emprendedora explicó que con el aceite recibido se realiza un proceso que incluye filtrado, moldeado, corte y etiquetado, todo con una fórmula refinada.
El producto que se obtiene «no es el mismo aceite, y no sigue contaminando, porque hay una transformación química en el proceso», resaltó Strier.
En el emprendimiento conviven dos líneas de jabones, una de limpieza del hogar, hecha con aceite de cocina reciclado, y otra para la piel, confeccionada con aceites y mantecas vírgenes vegetales.
Sus jabones se pueden usar para tratar enfermedades de la piel como la psoriasis y algunas urticarias.
La mujer resaltó que el emprendimiento permite obtener un producto con buena relación entre calidad y precio, con énfasis en la cuestión ambiental y el reciclado.
«Procesamos un descarte (de aceite) y mucha gente accede a poder comprarlo, porque es un producto básico de limpieza, no tiene que ser un producto elitista, tiene que ser un producto básico de limpieza, que trate de competir con un detergente de supermercado», añadió Strier.
