Crece la tensión en Somalia por la expulsión del enviado de la Unión Africana

La tensión política que enfrenta al primer ministro de Somalia, Mohamed Hussein Roble, y al presidente; Mohamed Abdullahi Mohamed Farmaajo, creció hoy después de que la Comisión de la Unión Africana (UA) se posicionara contra la expulsión de su Representante Especial en el país.

Somalia
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En un comunicado difundido hoy, el presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat; rechazó la declaración de persona non grata por parte de Roble de su Representante Especial en el país, el mozambiqueño Francisco Madeira.

«El presidente reafirma su plena confianza en el (…) embajador Madeira y reitera el compromiso continuado de la Unión Africana para apoyar a la nación hermana de (…) Somalia en su búsqueda por restaurar la paz; la seguridad y la estabilidad duraderas», dijo Mahamat.

El presidente de la Comisión subrayó su «preocupación» por la orden de Roble y apoyó el comunicado publicado pocas horas después por Farmaajo; donde el presidente aseguró que el primer ministro «no tiene autoridad» para tomar esta decisión.

El pasado día 6; el primer ministro declaró a Madeira «persona non grata por participar en actos incompatibles con su condición de representante de la Comisión de la UA» y le ordenó abandonar el país en las próximas 48 horas.

Mogadiscio ordenó la misma medida el pasado noviembre contra el vicerepresentante de la UA en en el país; Simon Mulongo, citando los mismos motivos.

Madeira ha sido acusado en varias ocasiones de interferir en la política somalí.

En otro comunicado; el Consejo de Candidatos Presidenciales (CCP) de Somalia -que aglutina a candidatos opositores- rechazó hoy el posicionamiento de Mahamat y criticó la «participación parcial innecesaria en el conflicto político» del representante mozambiqueño.

«La injerencia abierta del representante especial en apoyo de un determinado candidato presidencial es ilegal, inaceptable y amenaza no solo la integridad del proceso electoral, sino también el papel y el estado futuro de la misión de la UA en Somalia»; señaló el CPP.

Además, según los opositores, la Constitución Provisional somalí otorga el máximo poder ejecutivo al primer ministro; por encima del presidente.

Este nuevo enfrentamiento se produce en plena crisis política y después de que el país incumpliera el 31 de marzo por tercera vez la fecha límite marcada para terminar las elecciones de su Cámara Baja -fundamentales para convocar comicios presidenciales- debido a disputas políticas y entre clanes.

El año pasado, el intento de Farmaajo de extender su mandato -vencido el 8 de febrero de 2021- generó otra crisis que desembocó en el estallido de tiroteos entre facciones opuestas del Ejército en Mogadiscio en abril; con al menos trece muertos y veintidós heridos, la mayoría militares.

Concluir las elecciones parlamentarias es un hito imprescindible para poder celebrar los comicios presidenciales; que se han postergado en varias ocasiones desde 2021 a pesar del fin del mandato de Farmaajo.

El jefe del Estado debe ser elegido por los 329 miembros del Parlamento (54 legisladores en la Cámara Alta -ya elegida- y 275 legisladores en la Cámara Baja); según las leyes somalíes.

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El aplazamiento sistemático de las elecciones supone una distracción respecto a problemas como la lucha contra el grupo yihadista Al Shabab; que controla áreas rurales del centro y sur y quiere instaurar un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).

De hecho, el grupo, que rechaza unas elecciones apoyadas por la comunidad internacional; intensificó sus ataques en las últimas semanas.

Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde que en 1991 fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre; lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de señores de la guerra y milicias islamistas.

EFE