“Si son redes sociales no puede ser cualquiera”

La tecnología, que vive un auge prácticamente avasallador a diario, se ha convertido en el instrumento de ofensiva de grandes negocios, empresas, industrias y consorcios en todo el mundo.

El apogeo tecnológico en los últimos años -como referencia- motivó a los emprendedores a subirse al tren de la tecnología y por muy pequeña que sea la iniciativa, si se realiza bien, los resultados son más que satisfactorios.


Pero atención, no todo lo que brilla es oro, hay que hacerlo con cuidado, paso a paso como lo indican los expertos, porque si bien ofrece buenos resultados, también es cierto que la aplicación indebida puede ocasionar obstáculos.


Quienes se inician en el emprendimiento y se apoyan en las tecnologías tienen que manejarse con cuidado, en especial quienes están dando los primeros pininos. “Antes de llevar el negocio al medio digital, lo primero que tenemos que hacer es prepararnos, no sólo en el uso de las tecnologías o en redes sociales, sino que hay una formación interna, que es necesaria hacerla previamente”, apunta Irene Quiñones, consultor SEO y asesora de emprendedores.


Esa formación tiene que ver con temas de economía, porque hay que conocer el mercado, el nicho (“oportunidad oculta dentro de una rama de negocios amplia y competitiva”), conocer qué es la competencia, incluso, hay que aprender a gerenciar, adquirir habilidades para ser líder del mismo, organizarlo, hacer una estructura de costos y trabajar en equipo, recuerda la especialista.


“Una vez superada esa etapa, la siguiente es elegir las herramientas o plataformas que vas a utilizar para llevar ese negocio a la realidad o implementar ese modelo de negocio”.


Para quienes están iniciándose en estas lides, la asesora reflexiona: Muchos emprendedores hoy en día, comienzan por Instagram (IG), este no debería ser el primer paso, porque no sabemos si en esta plataforma está tu cliente ideal, tu audiencia, tu público o audiencia, por lo que estamos en la fase de realizar un estudio para no desmotivarnos porque no vendemos.


Es una obligación hacer un análisis de nuestra marca, producto, del nicho del mercado para comprender cuáles son las herramientas o plataformas reales a utilizar y a partir de ese momento comenzamos a desarrollar nuestro negocio.


“La idea es que comencemos por un negocio físico que tenga una representación por Internet, como referencia un sitio web o una tienda online. El modelo en ese sitio va a depender del tipo de negocio. Si vendo un producto puedo tener una tienda online, y si ofrezco un servicio de consultoría y son presenciales, pero voy a comunicar a través de Internet, lo más recomendable es utilizar un sitio corporativo; si tengo un salón de belleza o de bienestar me puedo apoyar en un blog, igual si soy educador, con el cual comunico y doy a conocer mi marking que permite ir visualizando mis clientes a través de este espacio”, refiere.


Entonces, una vez que defino cuál es el modelo de mi sitio web y qué estructura debe tener, monto mis contenidos y defino cuáles son las formas en las que voy a llegar a mi cliente mostrando el producto o servicio; una vez precisados estos aspectos ya se está listo para definir las herramientas complementarias que utilizar.


“Si son redes sociales, no puede ser cualquiera, tengo que evaluar la que me puede ayudar a lograr objetivos, aquellas que me sirven como canal de tráfico para que las personas vayan a mi sitio web y conozcan mi producto o mi servicio y entiendan cómo puedo ayudarles a solucionar el problema que tienen”.

Emprendedores que están trabajando con belleza, incluso, con el sector de música, gastronomía pueden ir a IG, no quiere decir, que estas redes sociales no la pueda utilizar otro emprendedor, claro que sí, sólo que es necesario desarrollar una estrategia para encontrar una audiencia si la tenemos definida desde el inicio, acota Quiñones.


La educación, se puede trabajar, si es para escolaridad básica, primaria o secundaria por Facebook. “Es como un enfoque de un sistema, es decir, en el centro está mi sitio web y alrededor de este están las herramientas y las plataformas, incluso, las personas que me pueden ayudar a potenciar o impulsar mi emprendimiento. Puedo trabajar con grupo de working o apoyarme con alianzas, es decir, si hay un servicio que complemente el mío, pero yo no puedo darlo, acuerdo con otros emprendedores que lo ofrezcan y así voy creando una comunidad que me ayuden a impulsar y crecer”.


Sobre el “fracaso” uno de los más sonados temas de cualquiera que sea el emprendimiento o negocio, la asesora manifiesta que es normal que sucedan circunstancias adversas iniciando el camino, pero en ese recorrido, se puede descubrir una nueva profesión, rol o un nuevo nicho de mercado. “Lo que llamamos fracaso, se puede ver como un aprendizaje, como una experiencia y conocimiento, no sólo lo que es el marketing, sino lo que es tu modelo de negocio. Tú lo vas descubriendo en el proceso, hay pasos que puedes dar previamente y hacer mucho análisis”.


Hay otra forma de dispersión, que muchas veces comienzan en las redes sociales y quieren estar en todas y eso diluye los recursos, el esfuerzo, la motivación. “Un emprendedor debe tener mucha paciencia. Cuando nos impacientamos es porque no tenemos un camino definido. Nos colocamos muchos objetivos para intentar alcanzarlos en muy poco tiempo y nos esforzamos demasiado, eso es un error por el que todos pasamos”.


En realidad, cuando hablamos de emprendimiento, es que todo lo hacemos desde el principio, publicidad, llevamos la contabilidad, atendemos al cliente, producimos, por ello es importante y necesario tener un equipo de trabajo. “Todo esto es un camino de aprendizaje, pero no todo se puede hacer de forma empírica, es necesario la formación, porque en ese recorrido se ve qué habilidades requieres para mejorar, en especial si estás solo en tu emprendimiento o ir entiendo qué personas requieres a tu lado para que te respalden”.

HBRI. | elsiglo
foto | JOEL ZAPATA